jueves, 10 de junio de 2010

de misterios y paraguas

Sinceramente no tenía intención de actualizar el diario. Visto el ritmo de vida que llevo desde que han acabado las clases, encontrar un hueco para escribir me parecía imposible; pero en algunas ocasiones la realidad te obliga a cambiar de planes y en estos dos días han ocurrido un par de acontecimientos que merecen ser recogidos y expuestos a los interesados, si es que los hay. Además el reclamo constante de las dos fanáticas de las barbacoas en el apartado de comentarios me empuja a una respuesta adecuada.

Hay semanas que pasan en un abrir y cerrar de ojos y otras en cambio se convierten en un goteo incesante de minutos. Esto último suele ocurrir o bien cuando te aburres sobremanera o bien cuando ocurren un cúmulo de sucesos consecutivamente. La primera opción queda descartada porque casi no tengo tiempo ni de lavar la ropa, menos aun de aburrirme.

El martes hizo un día horrible, de esos de ir por la calle con cara de pocos amigos sin ningún motivo aparente. Creo que es la primera vez en todo este tiempo que puedo asegurar que el clima me ha afectado. Tolero con relativa facilidad estar a -20 o -22 grados en febrero, enero o diciembre, que llueva a cántaros en octubre o en abril, pero lo que no se puede tolerar, de ninguna de las maneras, es que el día 8 de junio, atención, te despierte el día con +6 grados y lloviendo en plan apocalíptico. Así que ya de camino a la facultad mi indignación con el tiempo iba creciendo exponencialmente. Puede parecer ridículo pero estaba ofendido e indignado con no sabría decir muy bien quién o qué.

Si la cosa ya apuntaba mal durante el camino, el final del mismo no fue mucho más afortunado. No hace ni un mes me compré un paraguas supuestamente ultraresistente y ultramoderno, según la mujer que me lo vendió, que resultó ser una patraña. Me río yo del "sistema antiaire" del paraguas ¿qué significa "sistema antiaire"? En fin, la cuestión es que justo cuando estaba cruzando el Neva una ráfaga de viento me alcanzó y se llevó al instante 5 varillas del paraguas. Dejemos de lado el rídiculo evidente que haces en este tipo de situaciones, lo peor es ese sentimiento de haber sido engañado y, sobre todo, la cara de "no me lo puedo creer" que se te queda. La indignación llegó a tal extremo que me juré a mí mismo arreglar el paraguas antes que comprar otro (la vena catalana) y, efectivamente, al más puro estilo McGyver, conseguí atar las varillas a la tela con papel de cocina transparente. De modo que ahora el paraguas parece un complemento de carnaval más que cualquier otra cosa. De cada una de las varillas cuelgan unos flecos de color blanco que, por pereza, no recorté en su momento y además creo que le dan personalidad al paraguas traidor.
Pues bien, yo y mi paraguas customizado nos fuimos a comer con una colega de la cátedra a un restaurante español que han abierto nuevo. El local se llama Барслона (Barclona) así, sin "e". Esta transgresión es sólo un misterio más de todos los que encerraba el restaurante. Olga y yo estuvimos allí dos horas y, en ese periodo de tiempo, tuvimos tiempo de hacernos muchas preguntas sin respuesta que nos inquietaron especialmente. Algunas de ellas eran realmente espeluznantes: ¿Porqué la tortilla de patatas sabía a cualquier cosa menos a tortilla de patatas? ¿Porqué a lo que ellos llaman испанский кофе (café español) le ponen trozos de naranja y un licor desconocido? ¿Porqué nigún camarero, ni el cocinero, ni el dueño del restaurante eran españoles? ¿A qué mente enferma se le ocurre empapelar las paredes del baño de un restaurante con fotografías y recortes de revista con contenido pornográfico? ¿Porqué las patatas bravas en lugar de llamarse así se llaman "patatas Bravo"? Estos y otros misterios hicieron de la velada un acontecimiento singular cuanto menos.

Debo decir que las cosas ya han vuelto a su cauce y llevamos dos días con un tiempo de verano real y adecuado a la época del año en la que nos encontramos. Bien cierto es que no hay mal que vien años dure.

Para acabar, mi mensaje a las apasionadas de las barbacoas que además son aficionadas al traductor de Google:
Я конечно вам позвоню, когда приеду в Барселону. Давайте устроим какую-то вечеринку и повеселимся немножко.