jueves, 16 de diciembre de 2010

de retornos y revueltas

Ahora que, parece ser, he finalizado gran parte de los trabajos que me han mantenido apartado del blog durante casi tres meses, vuelvo a darle vidilla a este pequeño rincón de la red, para todos aquellos que todavía tengan curiosidad por las aventuras y desventuras que se viven en este punto del planeta.

No entraré ahora ha explicar todo lo que me ha pasado en este tiempo, pues tampoco ha sido tan interesante (estar semanas y semanas encerrado en casa trabajando no ofrece mucha posibilidades de riesgo). Pensaba reinaugurar el blog el día de mi cumpleaños pero, visto que la fecha se acerca y mis ganas de cumplir años menguan exponencialmente conforme pasan los días, no sé cómo estaré de ánimos el domingo. Así que he decidido abrir hoy el blog y lanzarme a escribir instigado por un impulso visceral que me ha producido ni más ni menos que Sánchez Dragó. Y como para poder entender las cosas es necesaria una explicación, ahí va para quien la quiera leer.

Por desgracia, la sensación de indignación al leer o escuchar la opinión de algunos personajes públicos como este buen hombre no es desconocida, más bien todo lo contrario: cada semana puedes encontrar 3 o 4 momentos de este tipo. Lo que normalmente ocurre, al menos a mí, es que lees el artículo, te indignas durante un determinado espacio de tiempo (proporcional al tamaño del desatino) y después se te pasa como buenamente puedes. Pero en esta ocasión la cosa ha ido a más, hasta el punto de llevarme a escribir esta pequeña reflexión que, sabiendo que no va a cambiar, al menos me sirve para desahogarme (y como este blog es mío y hago con él lo que me da la gana, pues eso). Y es que el reportaje sobre este hombre lo he ido leyendo por partes, pues lo cogía a ratos libres; de manera que tenía tiempo de ir digiriendo (más bien intentándolo) las cosas que iba leyendo.

Sus argumentos para justificar la estupidez que supone el sufragio universal, su opinión acerca de la inmigración, su admiración por la señora Palin y la señora Botella,… Todo esto se va acumulando en la boca del estómago y, por miedo a somatizarlo, optas por obviar o bien reaccionar. Hoy, como me ha pillado con tiempo, he decidido reaccionar.

Lo que me ha parecido más espectacular de todo han sido sus declaraciones fanfarronas respecto a sus escarceos sexuales con unas menores de unos 13 años en Japón. Si el acto ya es de por sí deplorable, no lo es menos el lenguaje que utiliza para explicarlo: "No hay nada como la piel tersa, los pechitos como capullos, el chochito rosáceo” o “las muy putas se pusieron a turnarse. Mientras una se iba al váter, la otra se me trajinaba”. Además, según sus propias conclusiones, las chicas jovencitas se sienten atraídas por él porque es para ellas “un maestro, tengo más dinero, las amparo, las protejo, tengo más conversación de la que les puede dar un chiquito joven y encima las follo bien”.

Bien, después de leer esto, reflexioné un poco para intentar explicarme cómo hemos podido llegar a esto sin que nadie se tire de los pelos ni ponga el grito en el cielo. Me da la sensación de que el despotismo de estos personajes se alimenta del pudor y el decoro de la gente bien educada que, por un mal entendido sentido de la corrección, decide bien no prestar atención a declaraciones escandalosas con las que nos topamos a diario, bien no pasar de la indignación personal, sin escandalizarse públicamente por las barbaridades oídas. De modo que el ego del personajillo en cuestión va creciendo gradualmente, creyéndose la máxima de “quien calla otorga”, para desgracia de todos los seres humanos que le sufrimos.

Javier Marías agradecía en uno de sus artículos el empleo de este lenguaje soez y barriobajero ya que, según decía, así se retrataban y dejaban entrever con qué tipo de persona estábamos tratando. Personalmente, no creo que emplear un vocabulario zafio en un momento dado sea un índice de nuestras cualidades como interlocutores (no entro ahora en las ideas expresadas, que sí que nos dicen más de la persona; hablo de la forma). Más bien al contrario, pienso que un dominio óptimo de la lengua (bien materna bien extranjera) pasa por controlar todos los registros y saber utilizarlos en el momento adecuado y, sobre todo, sabiendo qué recursos se ajustan más a la intención que yo, como hablante, quiero proyectar. Por ejemplo: si algo me desagrada, puedo decir que “me da asco”, “me incomoda” o incluso que “me produce desazón”. Ahora bien, el juego de lo políticamente correcto hace que nos sintamos obligados muchas veces modular nuestro discurso hasta dejar de ser fieles a nuestro sentimiento último. Por ser políticamente correcto, cuando algo me de auténtico asco, diré que me incomoda. Pero entonces ¿cómo recibirá mi interlocutor ese enunciado? ¿Realmente le he dicho todo lo que le quería decir? (en términos algo más técnicos:hay una disonancia evidente entre el poder locutivo del enunciado y el poder ilocutivo).

Así que, amparándome en los estudios de pragmática y de análisis de la conversación, voy a intentar que mi discurso se adecúe a mi intención más íntima, para que sea un fiel reflejo de lo que pienso. Y, según lo expuesto anteriormente, esto no refleja una carencia de mi competencia lingüística sino más bien todo lo contrario (esto es manipulación de la realidad pura y dura pero ¿quién no lo hace?). Advierto a todos los menores que no deberían seguir leyendo:

Estoy hasta los mismísimos cojones de esta gentuza, gilipollas a más no poder, que encima van de seudo-intelectuales porque han leído a cuatro filósofos franceses del siglo XVIII y te los citan en cualquier discurso, venga o no a cuento. ¡Por el amor de dos! (sí, de dos, porque, visto lo visto, parece que es más grande que el de Dios) Con la de gente que muere de hambre en el mundo y que estos gusanos vivan tranquilamente es algo que me pone de los putos nervios (sí, no me enerva, no me saca de mis casillas, me pone de los putos nervios). Sólo espero que a toda esta gente le llegue algún momento de lucidez mental que les haga ser conscientes de todas las barbaridades que dicen y, entonces, por el sentimiento de vergüenza profunda que sentirán, empiecen a encoger cada vez más y más hasta desaparecer de la faz de la tierra y, por fin, nos permitan respirar a todos tranquilamente y nos ahorren subidas de azúcar o males mayores. Que, de otra cosa no, pero de desgracias vamos sobrados.

¡Qué a gusto se queda uno! Hasta pronto.

viernes, 24 de septiembre de 2010

de falsedades y albas

Normalmente tardo en actualizar el diario por cuestiones de tiempo. Tengo que aprender a gestionar mejor el tiempo en general: tanto mi tiempo de ocio, mi tiempo dedicado a mis estudios, incluso mi tiempo en el aula. Me he dado cuenta de que siempre me sobra bastante material del que he preparado para una sesión. Siempre me digo que lo aprovecharé para la siguiente clase pero claro, puesto que son clases de conversación, no le veo mucho sentido a retomar el hilo de la clase anterior para después seguir con algo completamente distinto. Este año, por suerte, tengo una base común a los cursos de máster y, gracias a eso puedo ir hilvanando las sesiones con coherencia y sin resultar un programa esquizofrénico.

A lo que iba, estaba preparando una unidad didáctica nueva, centrada en el debate sobre la legalización de las drogas, y decidí ilustrar las diferentes posturas a través de diferentes artículos de opinión. Para sintetizar las opiniones de los que estan a favor de la legalización (entre ellos Felipe González) buesqué en los artículos de opinión de El País, y para ejemplificar posturas contrarias primero me metí en elmundo.es y, no contento con eso, decidí probar con el ABC. ¡Qué grande es España! Buscando y buscando en el ABC choqué con un titular que, aunque no se ceñía a próposito, no pude dejar de consultar: "una guía subvencionada por Sanidad induce al uso de drogas". Ante tan alarmante noticia cliqué completamente alterado y estupefacto. El artículo en sí, como podéis comprobar, pone en evidencia que en ningún momento se incita al consumo de drogas; simplemente se informa de que hay personas que las consumen para practicar sexo. ¿Cómo se puede ser tan manipulador y tergiversar la realidad de esa manera? Publicar un titular de este tipo es tan fraudulento como afirmar que un estudio sociológico sobre los suicidios en España incitan a que la gente se tire de un puente o meta la cabeza en el horno...

En fin, que me alteró sobre manera la lectura del artículo y quería dejar constancia de ello. Volveré en breve, para explicar una aventura con un pescao... tal cual. Hasta ese momento, pongo la canción que se me ha enganchado y no hay manera de borrarla de mi cabeza. Tiene un rollo pegadizo difícil de explicar; hay algo que engancha...

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miércoles, 15 de septiembre de 2010

de aniversarios y reflexiones estériles

Ya que no pude actualizar en un día tan señalado para cualquier catalán como es el 11 de setiembre, intentaré enmendar la falta inmortalizando en este blog el aniversario de Medvedev que cumple la nada desdeñable cifra de 45 años. En realidad, y para no faltar al principio de verdad e imparcialidad en el que se basa este cuaderno, la gran celebración fue ayer, aunque todavía hoy podemos sufrir las consecuencias de la celebración, algo así como la resaca pos-aniversario.

Jamás pensé que dedicaría una entrada del blog a la política, por varias razones:
-la primera, porque cuando se pronuncia la combinación de palabras "hablar" y "política", por algún efecto mágico y sobrenatural, todos nos ponemos a la defensiva y, más que escuchar lo que está diciendo nuestro interlocutor (¿¡Qué más da si tiene algo interesante que decir!?), lo que hacemos es esperar nuestro turno para poder decir la nuestra, demostrar nuestro descontento y desahogarnos a gusto.
-y la segunda porque, aunque no entiendo y no comparto para nada la opinión de las personas que declaran con toda alegría que "yo paso de política, paso de leer el diario", esto podría hacer que alguien (espero que no) dejara de visitar este rinconcito de la red y me sentiría un poquito abandonado, cuanto menos virtualmente.

Pero porque creo que estar informado es una obligación y un derecho universal (¿cómo se puede vivir sin saber que hay 33 personas en Chile encerradas a casi un kilómetro de profundidad?) y porque me ha sorprendido sobre manera la forma con la que los medios tratan la política en este pais, he decidido plasmar lo que iba pensando al respecto ayer mientras volvía a casa después del trabajo.

Lo primero que me llamó la atención de este tema, recuerdo que fue la falta de medios de comunicación (televisión, radios, diarios,...) abiertamente en contra del gobierno y sus políticas. Es cierto que con el tiempo he ido descubriendo diarios algo críticos con las acciones del ejecutivo, aunque para mí, siempre con una respuesta muy templada. Y es que, veniendo de un país cálido y que ha dado tantas figuras emblemáticas de la crítica constructiva como Jiménez Losantos o César Vidal, yo me pregunto con impaciencia y, por qué no decirlo, cierto desasosiego, ¿dónde está el canal Intereconomía ruso? ¿Por qué no aparece una Isabel Durán de las estepas para amenizar las tertulias vespertinas de la radio?

Después del disguto me paré a reflexionar y sopesé a ver qué era lo que más convenía: si un estado de constante desgaste y machaque al personal (léase: España) o una especie de cuento de hadas Disney en el que nadie levanta una voz discrepante hacia el fobierno, bien por miedo o por conformismo (que no sé lo que da más miedo de los dos). Esto viene a cuento del tratamiento que hacían ayer por radio y prensa del aniversario del presidente de Rusia.

En la radio animaban a que la gente llamara y dejara mensajes de felicitación al presidente mientras que el diario dedicaban un reportaje titulado "По следам президента" (tras las huellas del presidente) en que se dibujaba la vida que había llevado Medvedev el tiempo que vivió en Piter. El reportaje en cuestión estaba aderezado con comentarios tan objetivos y constructivos como las declaraciones de su vecina, cuando él era niño "era un chiquillo muy educado, siempre me saludaba"... En fin, visto lo visto, decidí que, quizá, y como la mayoría de cosas en esta vida, lo ideal se encuentra en el punto medio.

No me gustó para nada ese "peloteo" descarado que se hacía al poder político pero, por otro lado, deseé que, al menos de vez en cuando, en España tuvieramos un día, un sólo día en el que no se demonizara al presidente del gobierno. Las mentiras, por más que las repitas, no se convierten en verdades. No creo en las votaciones generales que dan como resultado un 90% de los votos a favor de un candidato, pero tampoco creo en el ataque constante y destructivo hacia un gobierno que, al fin y al cabo, es el de todos.

Hasta aquí la super reflexión del día (en estas cosas pierdo el tiempo camino de vuelta a casa; sí, podría emplear ese tiempo en cosas más útiles, pero de vez en cuando va bien dejar volar la mente). Voy a escuchar un ratito la COPE que, ahora que lo pienso, hoy todavía no he ido al baño...

Para Fátim, vamos a ver, frases de ligoteo con obreros rusos... vamos con dos facilitas:
Помоги мне опустить эту коробку "Ayúdame a bajar esta caja"
Во сколько ты закончишь работать? "¿A qué hora acabas de trabajar?"

jueves, 9 de septiembre de 2010

de Raphael y osos polares

A pesar de que todavía es jueves, ya puedo decir que he pasado mi primera semana del curso. Este año tengo todas las clases condensadas entre el lunes y el martes; algo que me viene genial porque entre la memoria de máster, las clases de ruso y la preparación de las clases, tampoco es que tenga mucho tiempo para ocio y escarceos varios.

Me alegro de haber vuelto a coger el ritmo, no sé quién se inventó eso de que la rutina era un veneno. Supongo que la clave reside en si te gusta o no tu rutina. De todos modos con el tiempo he llegado a la conclusión de que una rutina rusa no tiene nada que ver con una rutina española. En este país tienes la extraña sensación de que siempre están pasando cosas. Lo he hablado con colegas y alumnos y, efectivamente, en esta ciudad nunca sabes qué puede ocurrir, además sabes que potencialmente todo es posible, especialmente (en esto no creo que se diferencie de otras ciudades grandes) si sales por la noche.

La idea de esta entrada, en principio, pensaba dedicarla a mi nuevo programa sobre adecuación pragmática y expresión oral que he diseñado (y sigo en ello) para los alumnos de segundo año de máster, un proyecto que me tiene entusiasmado pero que requiere una preparación y una dedicación que no me había imaginado, pero por hoy dejaré mis reflexiones pedagógicas a un lado porque creo que es mucho más interesante retratar lo poco que conozco de la noche peterburguesa (¡qué mal suena este adjetivo!). Y es que, tras una conspiración masónica entre diversos compañeros de trabajo, consiguieron sacarme de casa y, no contentos con eso, me instigaron a salir de fiesta. Realmente, y haciendo honor a la verdad, he de confesar que me lo pasé genial. Es imposible aburrirte cuando conoces en un bar a un fan ruso obsesionado con Raphael, tal cual. Yo no podía creérmelo. Estábamos tan tranquilos allí tomando un vodka (¡cómo no!) cuando, de repente, se nos acerca el enésimo ruso con cara de "qué-gracia-me-hacéis-por-no-hablar-ruso" y claras intenciones de entablar una conversación vacía. El buen hombre ya nos cayó bien por el simple de no confundirnos con italianos (todo el mundo se nos acercaba y nos confundían con italianos), pero lo que hizo que se ganara toda nuestra admiración fue cuando sacó su teléfono móbil y se puso a cantar por Raphael. Aquello ya era surrealista hasta decir basta: tener al ruso allí delante, que no hablaba nada de español, cantando "¡¡estoy aquí para quererte!!". Auténtica pasión era lo que sentía ese chaval por Raphael.

Lo cierto es que, una vez superas el complejo de "mono de feria" que te inunda cuando entras en local y te oyen hablar "no-ruso", la gente es muy agradable y se te acerccan con verdadero interés por saber de dónde vienes. Aunque muchas veces puede llegar a incomodarte. Recuerdo la semana pasada en el metro con Anna. Íbamos hablando de no recuerdo qué exactamente y, de repente, el hombre de delante, un señor de unos 50 años, nos llama la atención y nos pregunta se estamos hablando francés (casi...); tras dos paradas de metro intentando explicarle qué era el catalán, no se le ocurre otra cosa que ofrecernos cacahuetes como agradecimiento; a ver, la cosa no pretendía ser ofensiva pero claro, quedó un poco extraño todo el general.

Hoy hace un día especialmente caluroso, algo que agradezco profundamente después de la semantia gris que hemos tenido. Así que. cual oso que sale de su cueva después de hibernar, voy a escaparme al parque antes de que el sol se despida insesperadamente. Por cierto, acabo de descubrir que todos los osos polares son zurdos...

Con este dato absolutamente irrelevante y trivial me despido (¿Por qué retenemos información tan absurda en nuestro cerebro involuntariamente?)

martes, 31 de agosto de 2010

de vueltas y retornos

Pues ya estamos de nuevo aquí. Lo cierto es que dos meses no es mucho tiempo aunque, si echas la vista hacia atrás y piensas en la cantidad de cosas que han ocurrido, esos dos meses empiezan como por arte de magia a dilatarse. He tenido de todo: cosas buenas, cosas no tan buenas y cosas que podrían no haber sucedido y el mundo seguiría girando.
De entre las cosas buenas me quedo, por lo especial e inaudito del asunto, es mi viaje a Islandia. Todo lo que pueda explicar se queda corto ante lo que nos encontramos en esa isla remota. Sólo diré que el viaje fue tan increíble que, si me propusieran volver a ir, diría que no. Mira que no me gusta citar a Sabina ( ¿por qué, si tu fuerte es escribir, te dedicas a cantar? ¡hazte poeta!, en fin...dejo aquí la pregunta para la reflexión), pero en este caso encaja perfectamente con aquello "al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver". Pues eso mismo, prefiero retener en la memoria ese recuerdo como una pequeña joya, única y especial que no comparto con nadie; bueno, la comparto con la persona que me acompañó en esa aventura que, de hecho, es igual de especial y única como el viaje en sí.
De las cosas malas, entre otras, me quedo la reacción de gran parte del país ante la prohibición de las corridas de toros en Cataluña. España es un país maravilloso, no deja de sorprenderme lo carcas que podemos llegar a ser.
De las cosas que podrían no haber pasado y seguiríamos viviendo, me quedo con la vuelta a los ruedos de Ana Torroja ¿era necesario? Ahí lo dejo.
Bueno, esto era simplemente una entrada para reactivar el blog y tomar el pulso de la gente que lo lee; saber si siguen ahí o si, como el calor en Piter, se han esfumado...

jueves, 10 de junio de 2010

de misterios y paraguas

Sinceramente no tenía intención de actualizar el diario. Visto el ritmo de vida que llevo desde que han acabado las clases, encontrar un hueco para escribir me parecía imposible; pero en algunas ocasiones la realidad te obliga a cambiar de planes y en estos dos días han ocurrido un par de acontecimientos que merecen ser recogidos y expuestos a los interesados, si es que los hay. Además el reclamo constante de las dos fanáticas de las barbacoas en el apartado de comentarios me empuja a una respuesta adecuada.

Hay semanas que pasan en un abrir y cerrar de ojos y otras en cambio se convierten en un goteo incesante de minutos. Esto último suele ocurrir o bien cuando te aburres sobremanera o bien cuando ocurren un cúmulo de sucesos consecutivamente. La primera opción queda descartada porque casi no tengo tiempo ni de lavar la ropa, menos aun de aburrirme.

El martes hizo un día horrible, de esos de ir por la calle con cara de pocos amigos sin ningún motivo aparente. Creo que es la primera vez en todo este tiempo que puedo asegurar que el clima me ha afectado. Tolero con relativa facilidad estar a -20 o -22 grados en febrero, enero o diciembre, que llueva a cántaros en octubre o en abril, pero lo que no se puede tolerar, de ninguna de las maneras, es que el día 8 de junio, atención, te despierte el día con +6 grados y lloviendo en plan apocalíptico. Así que ya de camino a la facultad mi indignación con el tiempo iba creciendo exponencialmente. Puede parecer ridículo pero estaba ofendido e indignado con no sabría decir muy bien quién o qué.

Si la cosa ya apuntaba mal durante el camino, el final del mismo no fue mucho más afortunado. No hace ni un mes me compré un paraguas supuestamente ultraresistente y ultramoderno, según la mujer que me lo vendió, que resultó ser una patraña. Me río yo del "sistema antiaire" del paraguas ¿qué significa "sistema antiaire"? En fin, la cuestión es que justo cuando estaba cruzando el Neva una ráfaga de viento me alcanzó y se llevó al instante 5 varillas del paraguas. Dejemos de lado el rídiculo evidente que haces en este tipo de situaciones, lo peor es ese sentimiento de haber sido engañado y, sobre todo, la cara de "no me lo puedo creer" que se te queda. La indignación llegó a tal extremo que me juré a mí mismo arreglar el paraguas antes que comprar otro (la vena catalana) y, efectivamente, al más puro estilo McGyver, conseguí atar las varillas a la tela con papel de cocina transparente. De modo que ahora el paraguas parece un complemento de carnaval más que cualquier otra cosa. De cada una de las varillas cuelgan unos flecos de color blanco que, por pereza, no recorté en su momento y además creo que le dan personalidad al paraguas traidor.
Pues bien, yo y mi paraguas customizado nos fuimos a comer con una colega de la cátedra a un restaurante español que han abierto nuevo. El local se llama Барслона (Barclona) así, sin "e". Esta transgresión es sólo un misterio más de todos los que encerraba el restaurante. Olga y yo estuvimos allí dos horas y, en ese periodo de tiempo, tuvimos tiempo de hacernos muchas preguntas sin respuesta que nos inquietaron especialmente. Algunas de ellas eran realmente espeluznantes: ¿Porqué la tortilla de patatas sabía a cualquier cosa menos a tortilla de patatas? ¿Porqué a lo que ellos llaman испанский кофе (café español) le ponen trozos de naranja y un licor desconocido? ¿Porqué nigún camarero, ni el cocinero, ni el dueño del restaurante eran españoles? ¿A qué mente enferma se le ocurre empapelar las paredes del baño de un restaurante con fotografías y recortes de revista con contenido pornográfico? ¿Porqué las patatas bravas en lugar de llamarse así se llaman "patatas Bravo"? Estos y otros misterios hicieron de la velada un acontecimiento singular cuanto menos.

Debo decir que las cosas ya han vuelto a su cauce y llevamos dos días con un tiempo de verano real y adecuado a la época del año en la que nos encontramos. Bien cierto es que no hay mal que vien años dure.

Para acabar, mi mensaje a las apasionadas de las barbacoas que además son aficionadas al traductor de Google:
Я конечно вам позвоню, когда приеду в Барселону. Давайте устроим какую-то вечеринку и повеселимся немножко.

domingo, 30 de mayo de 2010

de tópicos y verdades

Es curioso como, sin darnos cuenta, los tópicos y estereotipos sobre los otros países y sus pueblos nos condicionan la visión poco objetiva a la que podemos aspirar. Mi intervención en el semiario de hace quince días pretendía demostrar la "medio verdad" que encierran los tópicos.
De Rusia y los rusos también tenemos un buen puñado de tópicos que nos predisponen a relacionarnos con ellos de una cierta manera. Estos días he podido comprobar como algunos de ellos se cumplen a raja tabla y como otros, en cambio, no tengo más remedio que desmentirlos; eso sí, siempre partiendo de mi propia experiencia.
"los rusos y el vodka" quizá no el vodka en concreto pero sí el alcohol en general. Hasta ahora no había visto gente bebida por la calle; más bien no había visto un número exagerado de personas borrachas, no más que en España. Pero desde que ha llegado el buen tiempo (el martes entramos oficialmente en verano) es cierto que veo mucha gente borracha desde las 7 de la tarde. Cuando digo borracha quiero decir "borracha-borracha" de ir haciendo "eses" por la calle y no tenerse en pie; si bien es cierto que la actitud de la gente alrededor es, desde mi punto de vista, bastante inquisidora. Mientras a mí encontrarme con una persona en ese estado me despierta un sentimiento de pena y compasión, en muchos rusos la actitud que destilan es como si estuvieran ante un desecho humano cuanto menos. Esa poca deferencia con una persona que es muy probable que tenga un problema o necesite ayuda, me sorprende.
Otro de los tópicos que he decir que en este caso no se cumple para nada, es el de "los rusos son personas frías". No voy a poner como ejemplo la gente que me rodea desde que he llegado aquí porque eso sería lo esperable. Me refiero a mi gran amigo (o eso parece que somos) Nikita.
La historia de Nikita tiene su qué. Hace tres meses me apunté al gimnasio de mi barrio porque está cerca de casa, porque era barato y porque quería un lugar en el que desconectar aunque sólo fuera durante 30 minutos. Pues bien, los dos primeros meses de gimnasio fueron estupendos: yo llegaba allí, me ponía a mi rollo a hacer ejercicios, con la calma, mi radio y mis auriculares y ala, así me relajaba; sin que nadie me molestara y sin tener que pedir nada a nadie. Pero un buen día, cuando había acabado mi rutina de ejercicios me disponía a irme cuando me aborda en la puerta Nikita. Hemos de apuntar en este momento que Nikita es el monitor de la sala de máquinas, con esta información ya os podéis hacer una idea de la constitución corporal de Nikita. Me para y me pregunta si estoy interesado en ganar algo de músculo. Yo por un momento dudé pero luego me pregunté a mí mismo "¿acabar teniendo un bíceps más grande que mi cabeza?" y decidí que no hacía falta. Le agradecí la oferta pero me excusé (maldita pragmática española) diciéndole que yo iba al gimnasio para desconectar un ratito y tal... Así empezamos a hablar. Bueno, para ser más exactos seguramente hubieron entre nosotros unos 6 o 7 intercambios comunicativos y no fue hasta el último momento, cuando yo dije algo sobre España, que se le pusieron los ojos como platos y me dice "ни фига, что ты не русский!" algo como "¡no me jod** que no eres ruso!"
Yo al principio pensé que se estaba quedando conmigo, a ver ¿Cómo no se va a dar cuenta de que no soy ruso? Vamos... Así que yo con bastante excepticismo le expliqué que no, que era de Barcelona (entonces apareció el tema internacional del Barça).
Pues bien, desde ese momento, cada vez que voy al gimnasio y tengo la suerte de que Nikita está trabajando me persigue por toda la sala hablando. A ver, que es muy agradable y muy simpático pero, sinceramente, mi momento de desconexión se ha ido al traste gracias a un musculitos ruso que siente una fascinación especial por los extranjeros. La verdad es que Nikita viene a engordar todavía más la lista de rusos que he conocido aquí y que se les podría tachar de cualquier cosa menos de fríos.
Es muy divertido conversar con él porque cada dos por tres me dice "pero ¿cómo sabes esta palabra?". Claro, si se tratara de una palabra compleja como "médula espinal", pues diría "normal que se sorprenda"; pero es que estamos hablando de una conversación normal. No sé, hablamos de viajes, de sueldos, de trabajo, de las clases, etc.

En fin, que no deja de sorprenderme esta gente: bien sea para corroborar los estereotipos o para hacerlos añicos. Lo que está claro es que con estas medias verdades no podemos pretender juzgar a un pueblo y sus costumbres. Y, por desgracia, nos movemos más por las media-verdades que con las verdades absolutas. Y es que las verdades absolutas son pocas y poca gente se atreve a decirlas en voz alta.
Por suerte todavía queda gente que tiene lo que tiene que tener y se atreve a decir verdades como puños donde y a quien debe decirlas. Me refiero al representante del grupo de los verdes en la UE. Este señor es mi héroe desde ya mismo. En cuanto vi este vídeo, ayer sólo en casa por la noche, me levanté y me puse a aplaudirle. ¡Claro que sí! ese tipo de políticos son los que necesitamos con la que está cayendo. A mí, desde luego, cada vez que lo oigo me entran ganas de hacerle un monumento a este hombre:

martes, 18 de mayo de 2010

de sonrisas y lágrimas

Ahora sí que sí, ya tengo acumuladas un número importante de aventuras para actualizar el diario. Y es que, al parecer, soy famoso en Piter. Sí sí, tal y como suena: famoso; eso sí, todo lo famoso que se puede llegar a ser dentro del ámbito de los hispanistas de San Petersburgo. Y si la gente no me cree, para muestra un botón.

Aunque esté todo en ruso se ve mi foto, y eso ya vale. Lo que viene a decir la página es que el día 17 de mayo los lectores de San Petersburgo organizan un seminario sobre lenguas y culturas de España titulado "разрушая стереотипы", o sea "desmontando los tópicos".

Lo cierto es que estoy bastante contento de mi intervención, para la que me trabajé un super power point que ni yo mismo me creo. Teniendo en cuenta lo negado que he sido siempre para las nuevas tecnologías, el simple hecho de conseguir que los títulos aparecieran con efectos varios ya representa toda una conquista. No voy a negar que una vez descubres lo sencillo que resulta, te sientes realmente estúpido; y es que todos estos programas son realmente muy intuitivos.

Como decía, la experiencia ha sido increíble. Hubo de todo: nervios, risas, meteduras de para (que llevaron a la risa, por suerte), comida, agradecimientos,... La verdad es que visto desde fuera puede parecer chocante: el ambiente académico, las formalidades y la etiqueta que se requiere,... es muy curioso porque no hace falta que nadie te enseñe de manera explícita las normas de conducta en estas situaciones; es evidente que si las conoces de antemano es mucho más cómodo y menos estresante, pero bajo ningún contexto es imprescindible este entrenamiento. Simplemente basta con que te dejes llevar y sigas el principio de "haya donde fueres haz lo que vieres" y no desentonarás nunca.

Había leído tantas veces mi intervención que en el momento de la ponencia me di cuenta de que no estaba leyendo el papel prácticamente nada. Me sentía más a gusto mirando al público que no hundiéndome en mis apuntes. Era una sensación extraña porque mientras intervenía mi cabeza iba pensando "no me lo puedo creer, no estoy leyendo y estoy aquí soltando el rollo tal y como lo recuerdo; a tomar por saco todas las anotaciones y correcciones que he hecho durante dos semanas, total ¿para qué? si ahora lo estoy diciendo todo como me sale de forma espontánea...". Tiene sentido preparar todas esos detalles si, como es mi caso, el simple proceso de la preparación te relaja. Pero creo que de poco te sirve toda esa labor en el momento de la verdad: tú ante el toro, ante el aquí y ahora.

Si de algo me ha servido esta intervención es para reafirmarme en la idea de que una oralidad correcta y justa no se aprende en un día y que, lejos de ser una formación accesoria, es una necesidad de primera línea. Así que, sintiéndolo mucho, mis alumnos el año que viene van a ser machacados en este sentido.

Ya tengo en la cabeza un par de ideas para el curso que viene. Eso sí, antes de ponerme a planear nada a conciencia y a preparar material y programas, etc. Tengo la memoria del máster que está ahí, en algún rincón de mi cabeza pidiéndome a gritos que la recupere del olvido. Además tengo mi super viaje a Islandia que, con el permiso del volcán "hola-soy-el-volcán-islandés-más-toca-narices-de-toda-la-historia-contemporánea".

Me espera un mes bastante tranquilo en esta ciudad. Una ciudad increíble que ya se está preparando para las noches blancas y que no deja de sorprenderme cada día. Aquí el tiempo pasa a la vez rápido y lento. Por un lado no me puedo creer que esté a punto de acabar el curso académico y, por otro lado, con los 26 grados de temperatura que llevamos de media esta semana, parece que hayan pasado dos siglos desde febrero cuando estábamos soportando temperaturas de 26 bajo cero. En este sentido el tiempo es un reflejo directo de la idiosincrasia de la ciudad y su gente: una realidad de contrastes, de sensaciones y sentimientos límites que de pronto te arranca una carcajada como te hace llorar de rabia.

Mis invitados de honor de hace dos semanas bien pueden asegurarlo. Esta entrada se la dedico a ellas, por hacerme pasar una semana muy entretenida y porque gracias a ellas redescubrí una ciudad desde otro punto de vista. Espero que se lo pasaran bien, a pesar del tiempo, las incomodidades, la маршрутка y el "que lastimica, pobrecico".

Hasta pronto.

lunes, 19 de abril de 2010

de maravillas

Mi profesora particular de ruso de vez en cuando me pone propone algún tema sobre el que escribir una pequeña redacción y practicar así la expresión escrita. Esta última semana el tema era tan sugestivo como "Чудо света" (La maravilla del mundo).

En un primer momento pensé en describir alguno de los fenómenos que unánimamente se consideran "maravilla" del mundo (es probable que esa fuera la intención de mi profesora); pero amparándome en la definición que del término hace el DRAE:

"Maravilla: suceso o cosa extraoridinarios que causan admiración."

Decidí llevar mi redacción por otros derroteros. Es probable que no sea lo que mi profesora esperaba de mi trabajo, pero yo encontré la motivación en este punto y, por todos es sabido, que sin motivación incluso la tarea más vanal puede resultar insportable y extremadamente tediosa. Así que me he limitado a responderme a la pregunta "¿qué me causa admiración en este mundo?

Lo que más admiración me produce en esta vida es la capacidad de sentir de las personas. La capacidad de preocuparse por el otro, de cuidar del otro, de querer al otro, de compadecerse del otro, de apoyarle y ser su soporte. Eso me parece sorprendente. Nadie nos enseña a hacerlo y, sin embargo, todos somos capaces de hacerlo. Simplemente es necesaria una cosa: que ese "otro" despierte en ti algún tipo de sentimiento. Y este fenómeno no conoce límites temporales ni espaciales (las pirámides o las carataras tienen más probabilidades de pasar de moda que no la preocupación de una madre por sus hijos, por ejemplo).

Imaginemos una señora de unos sesenta años. Vuida desde hace ya algunos años y acostumbrada a vivir sola. Se ha adaptado a su vida en solitario y podríamos decir que disfruta de ella: sale y entra cuando quiere, va y viene sin tener que rendir cuentas a nadie y, además, tiene la suerte de que puede visitar a sus hijos y sus nietos siempre que quiera; sentir que no está sola, que alguien se preocupa por ella; pasar una buena tarde en familia con la certeza de que en su casa le espera la calma y la tranquilidad que tanto agradece y que, por qué no, se ha ganado a pulso. Pues una mujer de su edad en un país como España no lo ha tenido especialmente fácil en la vida.

Pues bien, esta abuelita de repente se redescubre atractiva, capaz de atraer la atención de los hombres, especialmente la de un vecino que hace algún tiempo la corteja a la manera que ya no se estila. El señor, un hombre elegante, educado y prudente le propone irse a vivir juntos, ciudarse mutuamente y disfrutar que, al fin de cuentas de eso se trata, hasta que el tiempo diga.

Al margen de la respuesta que la abuelita tenga pensada, si acepta o no la propuesta (vamos, si le da calabazas al pobre hombre o no), obviando esa parte, yo me quedo con el sentimiento de la abuelita. Rejuvenecer de repente, volver a sentir emociones y sensaciones ya olvidadas, verse en el espejo de un modo que hacía años no hacía...

¿Alguien puede decir que no es una maravilla del mundo volver a sentirse como un adolescente con sesenta y pico años?

Saludos.

domingo, 4 de abril de 2010

de Pascua y pasteles

No sé cómo me he visto de repente eligiendo un pastelito de Pascua en el supermercado. No recuerdo haber decorado huevos de Pascua en mi vida, ni siquiera de pequeño en el colegio, pero como seres sociales que somos, es casi imposible nadar contracorriente. Así que ya me he hecho con un кулич (kulich) de Pascua decorado con estrellitas de colores que parece más bien un pastelito de Salior moon. No sé si, habiendo apostatado, puedo incurrir en algún pecado mortal al comerme el pastel; tipo la manzana del paraíso o algo así...
Decía alguien que la inspiración te pille trabajando. Siempre he creído en esta premisa a pies juntillas, por eso mismo llevo dos o tres semanas desquiciado con el tema de la memoria del máster. Llevo tres semanas dándole vueltas al tema, trabajando cada día poco a poco (no sólo redactando, también pensando en cómo organizar la información, dónde cortar, qué añadir, etc.) y me da la sensación de que no avanzo como me gustaría. A todo esto hay que añadir la preparación de las clases que todavía me llevan horas de preparación. Eso sí, no todo va a ser negativo. Gracias a las clases de literatura, de vez en cuando te encuentras con textos curiosos que por algún motivo especial te arrancan una sonrisa de complicidad.
Esto justamente es lo que me ocurrió la semana pasada con un texto de Lilian Elphick, una escritora chilena famosa por sus microrrelatos. Pues bien, entre todas estas micropiezas literarias, un grupo de ellas consisten en una reformulación de mitos clásicos griegos. Para que sirva como ejemplo:
"Apolo escupirá en mi boca. Troya será destruída. Áyax me violará. Nadie creerá en mí. Una mujer de nombre Christa, siglos después de mi muerte, escribirá: "¿Por qué quise, por encima de todo, el don de profecía? Hablar con mi propia voz...pero, ¿a quién? Ahora, cuando ya no tengo ojos, sé que la vida es la única inocente"
En esta revisión del mito de Casandra Elphick manipula la historia griega para hacer una crítica a la sociedad en la que vive (vivimos) que desaprueba y condena a las mujeres que deciden alzarse con su propia voz.
La semana pasada este texto creó un debate interesantísimo en clase de literatura. Me sorprendió gratamente ver que había dado en el clavo, aunque sólo fuera por causalidad. Las horas que me pase recolectando estos microcuentos valieron la pena. Fue una sensación agradable.
Por hoy sólo me queda desear un feliz domingo de Pascua a todo el mundo y felicitar a todos los vascos y vascas, que me acabo de enterar de que hoy es el día de la patria vasca. Pues eso, Zorionak (creo que se dice así)

domingo, 28 de marzo de 2010

de steps y cerebro

Cuánto tiempo hacía que no actualizaba! Es increíble lo rápido que pasa el tiempo. Justo hoy me he dado cuenta de eso cuando he visto el día que hacía. Quizá sea porque no estoy acostumbrado pero tengo la sensación de que aquí los cambios de estación ocurren de un día para otro; puede que sea una chorrada, pero el cambio de hora aquí se ha notado muchísimo. Ahora a las 9 de la noche empieza a hacerse de noche, y eso contando que estamos todavía en marzo, no quiero imaginarme cómo estaré en mayo. Quiero dar las gracias desde aquí a Ikea por, entre otras cosas, inventar unas cortinas especiales opacas en un país en el que la palabra "persiana" les es tan ajena como Chiquito de la Calzada.

Ahora en serio, este parón del blog se ha debido al estrés producido por la memoria del máster, que me está dando más quebraderos de cabeza de los que pensaba y, como no hago más que trabajar, es complicado que ocurran cosas dignas de mencionar en este pequeño rincón virtual. El motor que me empuja a escribir en el blog, por muy cansado que esté (hoy no es el caso), son estas situaciones divertidas o curiosas que me hacen pensar "anda! esto tengo que contarlo!" Así que allá voy.

Hace cosa de dos semanas me apunté al gimnasio de mi barrio, que se encuentra a 5 minutos andando en invierno o verano pero que, en época de deshielo, puesto que todo está encharcado y tienes que ir sorteando obstáculos varios, tardas como 15 minutos en llegar al gimnasio. La verdad es que no está nada mal y, en comparación con Barcelona, el precio es razonable. Lo más impresionante son las duchas. Comprobado con reloj: estoy el mismo tiempo haciendo ejercicio que en la ducha.

En un principio me apunté al Davinci (así se llama, bueno Давинчи) para hacer lo mismo que he hecho toda la vida en el gimnasio: correr. No sé si ya he hablado de mmi fijación por correr; puede que no. Me encanta correr, es lo que más me ayuda a desconectar. A simple vista puede parecer ridículo, lo reconozco: el simple hecho de correr sin moverte del sitio, suena bastante absurdo. Aún así a mí me relaja. Además ahora tengo una excusa científica que, como argumento de peso, siempre te hace sentir menos estúpido en las decisiones y las acciones que realizas. Todo lo que esté demostrado o analizado empíricamente goza de un peso especial, no nos vamos a engañar. Bueno, el asunto es que he leído, repito: está demostrado, que recibir input de una segunda lengua mientras se está haciendo ejercicio, favorece a la adquisición del mismo, puesto que las conexiones neurales (no recuerdo de qué parte del cerebro, supongo que serán el área de Broca o el de Wernicke) se vuelven más activas durante estos periodos de ejercicio físico. En otras palabras, que cuanto más corras mas rápido aprenderas chino.

Estudios de dudoso valor sustancial aparte, además de correr también me animé a asistir a alguna clase grupal. Motivado, de nuevo, por na curiosidad científica, empecé una clase de ABS el lunes pasado. Es cierto que una de las mejores maneras de aprender un idioma es combinando el estudio de la lengua como meta y medio con otras actividades en las que el idioma sea sólo el medio. Como no me veo haciendo macramé en ruso, o un curso de cocina, me decanto por las clases del gimnasio que son mucho más entretenidas. Y funciona, verdaderamente funciona. ¿Quién me iba a decir a mí que iba a acabar haciendo clases de pilates o Step en ruso? En fin...

Suerte de estos momentos de desconexión que me regalo, de lo contrario no sé cómo acabría el curso académico, a continuación lista de proyectos en los que estoy involucrado:
-curso de literatura de la universidad.
-preparación para el examen oficial de lengua rusa en junio en Barcelona.
-redacción y recopilación de datos para la memoria del máster.
-preparación de la ponencia sobre el español en convivencia con el resto de lenguas cooficiales del Estado Español.

Es una lástima que aquí no haya vacaciones de semana santa, aunque realmente no me puedo quejar. Me despido del día de hoy, especial por dos motivos básicos: por tener 23 horas y por ser uno de los pocos en los que no me he estresado mientras trabajaba, ¿será buena o mala señal?

jueves, 4 de marzo de 2010

de primavera y orejones

Pues sí sí sí, tal y como suena: ya estamos en primavera. El día 1 de marzo empezó la nueva estación. Unos meses asociados al renacimiento de la naturaleza, a las alergias, al resurgir de las flores y los colores alegres...Pues no, de eso nada. Aquí estoy yo viviendo una primavera a menos 4 grados. Es asombroso cómo puede llegar a afectar psico-emocionalmente que, dos conceptos asumidos como indivisibles, de repente se disocien sin avisar. No puedo asumir que estoy en primavera cuando sigo llevando gorro, bufanda, guantes, mallas térmicas, etc.


Supongo que, entre otras muchas cosas, la primavera rusa, no es la primavera tal y como la había conocido hasta ahora. Algo similiar ocurre en esta urbe con los puentes. Me refiero a lo que el DRAE define como "día o serie de días que entre dos festivos o sumándose a un festivo se aprovechan para vacación". Pues bien: en este país si hay un día de puente entre semana, este día se recupera trabajando el sábado. Así que, de este modo, técnicamente de puente nada.


El día 23 de febrero se celebró "el día del defensor de la patria" (день защитника отечества). Ante las constantes felicitaciones de diferentes amigos-conocidos-colegas rusos, el primer sorprendido era yo, y además por partida doble: primero, no soy de la patria y, segundo, yo de defensor poco... Después me explicaron que no era importante, que se felicitaba a todos los hombres por costumbre. Pero esto no fue lo más divertido.


Lo mejor fue el regalo que me hizo mi profesora particular de ruso, que es un encanto de mujer y profesa una paciencia desmesurada conmigo. Aparece el día de nuestra clase toda contenta y sonriente y me da un paquetito, "regalo del día del defensor..." todo eso. Abro el regalito y me encuentro un bote de champú. En este momento creo que es necesario hacer una pausa para reflexionar sobre el hecho. Creo que cualquier persona hubiera puesto la misma cara de circunstancia que se me quedó a mí después de abrir el regalo. Porque vamos a ver: ¿qué puedes pensar después de que te regalen un champú? yo creo que está claro: "Ok, tengo que empezar a lavarme más el pelo". Claro, yo no podía salir de mi asombro. Además intentas por todos los medios, en tu cabeza, pensar y convencerte " a ver, no puede ser, es imposible que te esté tirando una indirecta tan directa...además. ¡yo me lavo el pelo!"


Por suerte ella también se dió cuenta de mi gesto y enseguida se lanzó a explicarme que era la tradición en ese día. Se regala, o bien espuma de afeitar, o bien un champú. Al margen de lo extraña que pueda parecer la fiesta (creo que en España tenemos fiestas más ridículas y, sobre todo, más vergonzosas, como los toros), lo importante es que pude relajarme y normalizar la situación, al menos aparentemente. A los siguientes cuatro champús que me regalaron, ya no opuse ningún tipo de resistencia, es más, los agradecía enormemente. Así que: AVISO a todas las personas que tengan intención de venir a visitarme: NO TRAIGÁIS champú; aquí hay para todos los gustos y colores.


Al pasar los días estuve pensado en lo injusto que resulta todo esto al fin y al cabo. Me explico: dentro de nada es el día de la mujer y la costumbre es regalar bombones o flores. A ver: día del hombre- regalo: champú / día de la mujer- regalo: bombones... No me parece correcto. Y más en este país donde hacen unos bombones adictivos con un sabor imposible de describir.


De entre toda la variedad de bombones rusos, hay uno que resulta escpecialmente apetecible. Es un bombón de chocolate con un orejón en el interior y una avellana. Entre una compañera de la cátedra y yo mantenemos una guerra dialéctica sobre si es o no es un orejón. Yo defiendo la hipótesis de que sí, efectivamente se trata de un orejón; ella, en cambio, está convencida de que se trata de otra cosa. Para que cada uno saque sus propias conclusiones y pueda aportar su granito de arena a esta aparentemente frívola pero muy sesuda discusión, voy a colocar dos imágenes de, por un lado, un orejón:

Y por otro lado, un курага:

Pues eso mismo señores, observen y decidan...Yo creo que está claro, al menos, un orejón es un orejón, tanto en España como en Rusia.
Hasta pronto.





domingo, 21 de febrero de 2010

de fríos y lechuzas

¡Cuántos días sin actualizar el blog! Cuando entras en la espiral del día a día y, por mucho que te empeñes, la sensación de no llegar a todo te atrapa, los días se suceden a velocidad de skeleton (ahora que estamos en plena celebración de los Juegos Olímpicos de invierno, viene al pelo la metonimia).

Pues eso, que si me despisto me pasa un mes entero y yo sin pasarme por mi cuaderno de bitácora. Aunque no se puede decir que esté de un humor estupendo, no quería dejar el momento de escribir unas líneas. No pretende ser esto una lista de justificaciones de por qué no he escrito antes pero, algunas lo parecen.

Ya estoy metido del todo en el nuevo ritmo de trabajo, digo nuevo porque empieza un nuevo semestre y, aunque los programas generales de las asignaturas son los mismos, hay que concebir cada semestre como un constructo independiente. Sí es cierto que, ahora me doy cuenta, me he desprendido de esa angustia existencial que tenía durante todo el primer semestre. Ahora esa angustia se ha trasladado a la memoria de máster y la elaboración de instrumentos para generar datos apropiados para mi investigación. Todo lo que se hace por primera vez tiene ese encanto: la mezcla indisoluble de incertidumbre y esperanza o confianza en que saldrá bien. En ese sentido, creo que el azar a jugado a mi favor al ponerme a trabajar alrededor de gente que sabe gestionar esa mezcla de sensaciones mucho mejor que yo o, como mínimo, de una manera más sana. Tanto mis compañeros de la cátedra, como mi jefa, mis colegas, todos ellos han pasado (o están pasando) por el mismo proceso y sus comentarios y consejos son de gran ayuda; sobre todo para tranquilizarme.

Así que en esas me encuentro: encerrado la mayor parte del tiempo en casa leyendo bibliografía especializada sobre Adquisición de Sengundas Lenguas. Eso sí, las veces que salgo todavía siguen sucediendo cosas dignas de recordar en este diario virtual.

Ayer mismo, sin ir más lejos, con la intención de darle una tregua al ordenador (y también a mi cabeza) pensé en ir al supermercado a reponer un poco la nevera. Craso error el no haber contemplado el factor tiempo dentro de la ecuación. A -25º hay que plantearse cualquier movimiento al aire libre un par de veces, como mínimo. Puedo asegurar que, de mi casa al super, no hay más de 10 minutos andando; pues bien, ayer fui incapaz de llegar al super. El frío que hacía era como navajas albaceteñas que se te clavaban en las sienes, produciendo un dolor incesante y progresivo. Jamás había tenido esa impresión, una sensación que te obliga a detenerte para asumir, reconocer y aceptar ese dolor; y, una vez asumido y calibrado, te permite valorar "ok, continuo o no". En mi caso, decidí no continuar, "mañana será otro día", y con esa huella de la derrota me volví a mi refugio de 45 metros cuadrados, a mirar por la ventana e indgnarme con no-sé-muy-bien-quién por este tiempo indómito. Espero que hoy, a -22º mi amigo el frío se porte mejor y me permita ir a comprar yogures (hay una oferta estupenda de los activia -¿se puede nombras marcas?- que acaba mañana).

Es una pena que no tenga una vena artística desarrollada (soy de los que cree que todos tenemos capacidades artísticas subyacentes, sólo hace falta saber estimularlas para despertarlas), porque, en tal caso, aprovecharía estos días para mirar por la ventana como cae la nieve delante del mar congelado y escribiría mis mejores canciones, o mis mejores poemas, o mis mejores...no sé...piezas para piano y violonchelo, yo que sé.

En fin, que aquí no se acaba la historia. El episodio divertido de la semana lo protagonicé, muy a mi pesar, yo mismo en el bar del instituto donde hago ruso. El miércoles pasado, a las 8 y media de la mañana, llegué al instituto y, como faltaba una media hora para empezar, me fui al bar a desayunar. He asumido que, en este país, esperar una sonrisa gratuita por parte de una camarera es un hecho insólito, aún más a según que horas de la mañana. Así que, cuando la camarera mostró interés por mantener una conversación cordial, me animé y me dije "venga, vamos a ver cómo nos desenvolvemos a estas horas de la mañana en ruso". La cosa empezó muy bien hasta que, evidentemente, tomó un derrotero inesperado. La mujer empezó muy cordial, que si cómo te llamas, de dónde eres, vienes con la otra chica de España, que si es mi mujer (hemos decidido, Anna y yo, que sí, somos marido y mujer, puesto que es mucho más sencillo explicar eso que no el concepto "hombre y mujer comparten piso cada uno en su habitación"). Todo muy normal hasta que empezó a preguntar por dónde trabajaba, cuánto ganaba, etc. Claro, aquí yo ya empecé a ponerme un poco nervioso; no creo que sea un tema adecuado para hablar con alguien que no conoces de NADA. Y claro, ya se sabe, con los nervios y el estrés, mi ruso se vio gravemente perjudicado y dió como resultado un diálogo como el que sigue (I-Iban, M-mujer):

I- Bueno, pues ganamos lo suficiente para vivir (con ganas de cerrar el tema ya)
M- Ah, entiendo... ¿Y dónde está tu mujer ahora?
I- No...Ella llega más tarde, le gusta dormir más que a mí.
M- Ja, ja, ja (risa sincera). Sí, a las mujeres nos gusta mucho dormir (esta teoría creo que se la sacó de la manga la buena mujer, no creo que haya ningún estudio que pueda corrobar dicha afirmación).
I- Bueno, como vosotros decís: "es una lechuza" (en ruso a alguien que le gusta mucho dormir se le llama lechuza "сова")
M-no no, yo soy musulmana.
I- ......Ehhh sí, bien...

Bien, como se puede comprobar, algo no encaja del todo bien en el intercambio comunicativo. Claro, yo me quedé a cuadros con esa respuesta. Cogí mi té y me senté a analizar lo ocurrido. Podría ser que mi pronunciación hubiera sido el origen del mal entendido; pero es que estamos hablando de una frase extremadamente sencilla...Después de mucho pensar decidí culpar al horario y que, tanto ella como yo, estabamos con la mitad de las neuronas dormidas todavía. Espero que este miércoles, en la segunda entrega, ya la cosa sea bastante más fluida. En el fondo, he de reconocer que me encantan estos malentendidos, puesto que te hacen reflexionar sobre el uso de la lengua y cómo vas adpatando tu competencia comunicativa a marchas forzadas...Todas estas cosas que un manual no tiene la capacidad de explicarte y, aunque la tuviera, nunca sería equiparable a vivirlo en primera persona.

Esta super entrada de hoy la dedico a toda la gente que la haya podido leer del tirón y, muy especialmente, a Belén, porque me alegro un montón por esta nueva andadura que está a punto de empezar y porque creo que existe un orden cósmico general que igual que nos quita nos da y que, al fin de cuentas, en la mayoría de los casos, un buen trabajo y la constancia quedan recompensadas. ¡FELICIDADES!

Hasta pronto.

jueves, 11 de febrero de 2010

de blinis y condones

En plena fase de procesamiento de toda la bibliografía relacionada con la memoria de máster, he encontrado un artículo realmente jugoso que me ha hecho ver mi proceso de adaptación desde otro punto de vista.

La idea de Schumann gira en torno a la "distancia social". Un término que vendría a desginar una situación en la que un individuo, miembro de un grupo social, entra en contacto con otro grupo social distinto (lo llamaremos Grupo cero) cuyos miembros hablan una lengua diferente. Dentro de esta situación y, en función de la relación que el individuo mantenga con la nueva comunidad, pueden darse tres procesos diferentes:
- asimilación: el individuo (o grupo minoritario) abandona su propio modo de vida y sus valores y adopta los del grupo cero (Go).
- aculturación: cuando éste adopta el estilo de vida y los valores del G0, pero manteniendo sus propios modelos culturales en las relaciones intragrupales (esto es, con miembros de su mismo grupo).
- preservación: cuando éste rechaza el estilo de vida y los valores del G0 e intenta mantener tanto como le es posible su cultura.

Bien, vista la teoría vamos a práctica de la misma. Yo me imagino estos tres procesos como partes de un mismo continuum. Algo así como una gradación, un "termómetro" que mide el grado de asimilación que puedes llegar a adquirir. Al aplicar este modela a mi caso particular, personalmente me veía más cerca de la fase aculturación tirando a preservación. No rechazo de pleno la cultura de acogida, de hecho me esfuerzo explícitamente por aprender a la perfección su lengua, pero al mismo tiempo: ceno a las 10 o las 11 de la noche, no sé (ni me apetece aprender) caminar por la nieve, no me he adaptado, para nada, a su gastronomía, etc.

Todos estos comportamientos son conscientes, es decir, yo sé y me hago responable de todos ellos. Si no como pelmenis todo el día es porque yo lo decido. Pero lo que no me había planteado es "¿Puede ser que hayan procesos de asimilación inconscientes que me están pasando desapercibidos?" o, lo que es lo mismo "¿me estoy volviendo más ruso de lo que yo pienso?".

La respuesta, después de meditar largo y tendido es que, efectivamente, me estoy rusificando subrepticiamente (me encanta este adverbio) y, a modo de ilustración, aquí tenéis un ejemplo:

El otro día pregunté en la cátedra si sería posible apuntarse a la piscina de la facultad para hacer algo de departe y, de paso, relajarme y desconectar un ratito. Mi jefa, con todo su empuje y su arte cubano adquirido me llevó ante el gran jefe de románicas para preguntarle sobre el asunto. Total, que ahí estaba yo delante del superjefe, con el que jamás he cruzado más palabras que "buenos días", preguntándole acerca de la piscina universitaria. El hombre me mira con condescendencia y me dice "yo de ti, no lo haría". Claro, después de algo así, la pregunta de rigor es ¿y por qué?... He aquí la respuesta: Hay riesgo de contraer enfermedades de tipo bacteriológico (menos mal que estos términos son comunes en la mayoría de lenguas) y, además, hasta hace poco flotaban condones por la piscina".

Ahora la pienso y me parece escandaloso, pero en aquel momento no me pareció tan exagerado. Con esto no quiero decir que entre los rusos sea costumbre nadar entre profilácticos, simplemente pongo de relieve que mi capacidad de asombro ha menguado considerablemente. "¿Que hay condones en el agua? Bueno, no es para tanto..." esta idea, el primer mes de mi llegada a Piter, hubiera sido impensable.

En fin, que me alegro de haber hecho este pequeño descubrimiento de mí mismo, porque esto demuestra que aunque a veces nos dé la sensación de que estamos estancandos, es muy probableme que, insconcientemente, estemos creciendo como personas y estemos aprendiendo; y es este tipo de aprendizaje el que no se olvida nunca, porque no ha pasado por una instrucción formal y lo hemos adquirido directamente dentro de nosotros.

Toma relfexión. Con esto y un bizcocho... bueno, con esto y un blini... ¡Otra vez!

Hasta pronto.

viernes, 5 de febrero de 2010

de errores y sushi

"viure es provar-ho infinites vegades". Esta cita, de la que desconozco a su autor, da la bienvenida los visitantes del paseo del río Besos. Durante el mes que estuve en Barcelona tropecé con gratas y no tan gratas sorpresas pero, justamente por lo que reza esta frase, me quedo con aquellas experiencias positivas, aprendiendo de los errores y "probándolo de nuevo" una vez más, hasta el infinito.

Este diario no nació con voluntad de hacer reflexionar a nadie (bastante tengo con reflexionar yo mismo...) pero creo que hay momentos para todo y, ahora mismo, estoy en uno de esos momentos en los que sientes que hay que pararse y tomarle el pulso a la situación; básicamente para coger aire y continuar el camino.

Ayer quedé con mi jefa en la universidad y por fin me dieron los nuevos horarios para este semestre, también he comenzado a contactar con mi director de memoria del máster. Agradezco que muestre tanto entusiasmo como yo por el proyecto, porque no parece algo sencillo de realizar. Como ya tengo el programa del curso hecho, inmediatamente me he puesto a trabajar y esta mañana, casi sin darme cuenta, he pasado 3 horas seguidas delante del ordenador preparando las clases. Me alegro de volver a coger el ritmo de clases y ver que no he perdido el resuello.

Espero, en esta nueva etapa, ser un poco más consciente de todo lo que está pasando a mi alrededor y no obcecarme desmedidamente con el trabajo; porque, al fin y al cabo, ¿ de qué se trata: de vivir para trabajar o de trabajar para vivir? A pesar de que ahora quieran que nos jubilemos a los 99 años más o menos, yo me quedo con la segunda opción. Así que me he propuesto relajarme un poco y disfrutar más de mi trabajo, mi tiempo de ocio (que espero poder tener) y de la gente que me rodea.

Esto implica un esfuerzo, porque para mí lo es, por reforzar las relaciones sociales en esta ciudad y, para empezar, esta noche me voy a cenar a un japonés con un ruso y una francesa. Aunque parezca el principio de un chiste, no lo es.

Lo que sí es chistoso y mucho es este corte que añado al final de este post. Aunque está en ruso creo que su humor trasciende las barreras de la lengua (sólo con ver los morros de las protagonistas ya te partes el pecho). Os presento a dos típicas nuevas rusas: Kristin y Angie. En este capítulo Kristin visita a su amiga Angie para explicarle un "terrible" secreto: ha oído que existen mujeres que preparan la comida con sus propias manos"... Angie para nada se sorprende y, puesto que aprecia enormemente a su amiga, decide enseñarle a preparar comida "con sus propias manos" porque ella también sabe cocinar... En fin, un espectáculo.

Hasta pronto.

¡Ah! dedico esta entrada a mi prima, para agradecerle la llamada sorpresa que me hizo justo antes de volver a Piter. :)






jueves, 28 de enero de 2010

de regresos

Tras un parón de algo más de un mes, vuelvo a la carga en una ciudad el doble de fría que hace 30 días. Después de un viaje de vuelta no libre de contratiempos este es el tercer día desde mi vuelta y todavía estoy re-habituándome a la rutina de aquí y habituándome a las novedades, que no son pocas:

Para empezar, como ya he hecho dicho, el frío se ha multiplicado por dos y eso se nota. Es increíble cómo el dolor del frío en la cara te hace olvidar cualquier problema que te ronde por la cabeza en ese momento. Realmente creo que en la calle todos compartimos un pensamiento único "¿ me daré cuenta de que se me ha congelado la nariz en el momento que eso ocurra?" Es algo que me preocupa. El martes tuve que ir a la facultad a arreglar los papeles (de este modo este país se asegura de que no olvides nunca que eres extranjero; si no, no entiendo a qué viene tanto papeleo) y decidí ir andando hasta el metro. Hacía un sol espléndido (como ayer y hoy mismo, algo que es de agradecer) y vi que los 20 grados bajo cero se soportaban con relativa facilidad: craso error. No conté con un detalle importante: las gafas.

Sometido a estas temperaturas, las partes de tu cuerpo que van tapadas no sufren las inclemencias del tiempo. Pero la gente que llevamos gafas sufrimos un handicap a tener en cuenta: cuando las susodichas se congelan empieza un dolor intenso, como si te clavaran alfileres entre los ojos y detrás de las orejas (donde se apoyan las patillas de las gafas). Otra de las novatadas que como guiri supongo que hay que pasar. Además está el tema de la congelación de las fosas nasales. No exagero al decir que a los 3 segundos de estar en la calle ya notas como los pelos de la nariz se han helado; esto supone que, en cuanto entras a un sitio cerrado, empieza el irreversible proceso de descongelación y empieza a gotear la nariz; la imagen es poco agradecida porque parece que te caen las velas, así que hay qir siempre con un pañuelo a mano. Ahora me acuerdo de ese acto tan de madre de "coge kleenex por si acaso", que yo siempre pensaba "¿por si acaso qué?" He tenido que descubrirlo en Rusia, aquí esa recomendación maternal adquiere un pleno sentido.

Ayer se celebró el día de la liberación del bloqueo de la ciudad por los nazis. Un acontecimiento histórico único que te recuerdan constantemente en todas partes, y cuando digo "en todas partes", quiero decir "en todas partes". En el metro, en la calle, en los bares, en el súper... Recuerdan a las víctimas que se cobró el bloqueo en los 900 días que duró. Realmente es un hecho histórico del que poco se habla en España y que, viendo la dimensión que alcanza en Piter, deberíamos saber algo más. Y podremos argüir seguidamente "pero ¿acaso el Rusia se sabe algo sobre, por ejemplo, la guerra civil?" pues sí, y por eso mismo ayer sentí una suerte de vergüenza por no estar más al día con un tema como este.

Fuimos a ver una exposición de herramientas y utensilios de los años del bloqueo y después comimos con un amigo ruso, conocido en la ciudad por dos hechos bien distintos: introducir la marca chupa-chups en Rusia, y ser el intérprete de Isabel Pantoja en una visitia que hizo a la ciudad. Aparte de estos pasajes anecdóticos, Паша (Pasha) nos regaló una charla de casi cuatro horas sobre la división azul. En su tiempo libre, como afición, se dedica a recoger testimonios de personas que convivieron con los españoles de la división azul que fueron a San Petersburgo. Realmente una sobremesa muy interesante.

En otro orden de cosas, entre hoy y mañana espero ponerme al día con todo, organizarme en cuanto a trabajo, estudios y limpieza del hogar se refiere y buscar, con urgencia, una piscina cercana a casa para poder nadar de vez en cuando y desconectar. Todavía no he empezado las clases y ya tengo la cabeza dándome vueltas sobre la programación del curso, objetivos, selección y organización del material, etc.

En fin, el día a día se impone y, en el fondo, tenía ganas de que llegara, aunque el mes que he pasado en casa no lo cambio por nada. He visto a todo el mundo que quería ver, a algunos no he podido verlos pero queda pendiente para la próxima.

Hasta pronto.