domingo, 28 de marzo de 2010

de steps y cerebro

Cuánto tiempo hacía que no actualizaba! Es increíble lo rápido que pasa el tiempo. Justo hoy me he dado cuenta de eso cuando he visto el día que hacía. Quizá sea porque no estoy acostumbrado pero tengo la sensación de que aquí los cambios de estación ocurren de un día para otro; puede que sea una chorrada, pero el cambio de hora aquí se ha notado muchísimo. Ahora a las 9 de la noche empieza a hacerse de noche, y eso contando que estamos todavía en marzo, no quiero imaginarme cómo estaré en mayo. Quiero dar las gracias desde aquí a Ikea por, entre otras cosas, inventar unas cortinas especiales opacas en un país en el que la palabra "persiana" les es tan ajena como Chiquito de la Calzada.

Ahora en serio, este parón del blog se ha debido al estrés producido por la memoria del máster, que me está dando más quebraderos de cabeza de los que pensaba y, como no hago más que trabajar, es complicado que ocurran cosas dignas de mencionar en este pequeño rincón virtual. El motor que me empuja a escribir en el blog, por muy cansado que esté (hoy no es el caso), son estas situaciones divertidas o curiosas que me hacen pensar "anda! esto tengo que contarlo!" Así que allá voy.

Hace cosa de dos semanas me apunté al gimnasio de mi barrio, que se encuentra a 5 minutos andando en invierno o verano pero que, en época de deshielo, puesto que todo está encharcado y tienes que ir sorteando obstáculos varios, tardas como 15 minutos en llegar al gimnasio. La verdad es que no está nada mal y, en comparación con Barcelona, el precio es razonable. Lo más impresionante son las duchas. Comprobado con reloj: estoy el mismo tiempo haciendo ejercicio que en la ducha.

En un principio me apunté al Davinci (así se llama, bueno Давинчи) para hacer lo mismo que he hecho toda la vida en el gimnasio: correr. No sé si ya he hablado de mmi fijación por correr; puede que no. Me encanta correr, es lo que más me ayuda a desconectar. A simple vista puede parecer ridículo, lo reconozco: el simple hecho de correr sin moverte del sitio, suena bastante absurdo. Aún así a mí me relaja. Además ahora tengo una excusa científica que, como argumento de peso, siempre te hace sentir menos estúpido en las decisiones y las acciones que realizas. Todo lo que esté demostrado o analizado empíricamente goza de un peso especial, no nos vamos a engañar. Bueno, el asunto es que he leído, repito: está demostrado, que recibir input de una segunda lengua mientras se está haciendo ejercicio, favorece a la adquisición del mismo, puesto que las conexiones neurales (no recuerdo de qué parte del cerebro, supongo que serán el área de Broca o el de Wernicke) se vuelven más activas durante estos periodos de ejercicio físico. En otras palabras, que cuanto más corras mas rápido aprenderas chino.

Estudios de dudoso valor sustancial aparte, además de correr también me animé a asistir a alguna clase grupal. Motivado, de nuevo, por na curiosidad científica, empecé una clase de ABS el lunes pasado. Es cierto que una de las mejores maneras de aprender un idioma es combinando el estudio de la lengua como meta y medio con otras actividades en las que el idioma sea sólo el medio. Como no me veo haciendo macramé en ruso, o un curso de cocina, me decanto por las clases del gimnasio que son mucho más entretenidas. Y funciona, verdaderamente funciona. ¿Quién me iba a decir a mí que iba a acabar haciendo clases de pilates o Step en ruso? En fin...

Suerte de estos momentos de desconexión que me regalo, de lo contrario no sé cómo acabría el curso académico, a continuación lista de proyectos en los que estoy involucrado:
-curso de literatura de la universidad.
-preparación para el examen oficial de lengua rusa en junio en Barcelona.
-redacción y recopilación de datos para la memoria del máster.
-preparación de la ponencia sobre el español en convivencia con el resto de lenguas cooficiales del Estado Español.

Es una lástima que aquí no haya vacaciones de semana santa, aunque realmente no me puedo quejar. Me despido del día de hoy, especial por dos motivos básicos: por tener 23 horas y por ser uno de los pocos en los que no me he estresado mientras trabajaba, ¿será buena o mala señal?

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