jueves, 16 de diciembre de 2010

de retornos y revueltas

Ahora que, parece ser, he finalizado gran parte de los trabajos que me han mantenido apartado del blog durante casi tres meses, vuelvo a darle vidilla a este pequeño rincón de la red, para todos aquellos que todavía tengan curiosidad por las aventuras y desventuras que se viven en este punto del planeta.

No entraré ahora ha explicar todo lo que me ha pasado en este tiempo, pues tampoco ha sido tan interesante (estar semanas y semanas encerrado en casa trabajando no ofrece mucha posibilidades de riesgo). Pensaba reinaugurar el blog el día de mi cumpleaños pero, visto que la fecha se acerca y mis ganas de cumplir años menguan exponencialmente conforme pasan los días, no sé cómo estaré de ánimos el domingo. Así que he decidido abrir hoy el blog y lanzarme a escribir instigado por un impulso visceral que me ha producido ni más ni menos que Sánchez Dragó. Y como para poder entender las cosas es necesaria una explicación, ahí va para quien la quiera leer.

Por desgracia, la sensación de indignación al leer o escuchar la opinión de algunos personajes públicos como este buen hombre no es desconocida, más bien todo lo contrario: cada semana puedes encontrar 3 o 4 momentos de este tipo. Lo que normalmente ocurre, al menos a mí, es que lees el artículo, te indignas durante un determinado espacio de tiempo (proporcional al tamaño del desatino) y después se te pasa como buenamente puedes. Pero en esta ocasión la cosa ha ido a más, hasta el punto de llevarme a escribir esta pequeña reflexión que, sabiendo que no va a cambiar, al menos me sirve para desahogarme (y como este blog es mío y hago con él lo que me da la gana, pues eso). Y es que el reportaje sobre este hombre lo he ido leyendo por partes, pues lo cogía a ratos libres; de manera que tenía tiempo de ir digiriendo (más bien intentándolo) las cosas que iba leyendo.

Sus argumentos para justificar la estupidez que supone el sufragio universal, su opinión acerca de la inmigración, su admiración por la señora Palin y la señora Botella,… Todo esto se va acumulando en la boca del estómago y, por miedo a somatizarlo, optas por obviar o bien reaccionar. Hoy, como me ha pillado con tiempo, he decidido reaccionar.

Lo que me ha parecido más espectacular de todo han sido sus declaraciones fanfarronas respecto a sus escarceos sexuales con unas menores de unos 13 años en Japón. Si el acto ya es de por sí deplorable, no lo es menos el lenguaje que utiliza para explicarlo: "No hay nada como la piel tersa, los pechitos como capullos, el chochito rosáceo” o “las muy putas se pusieron a turnarse. Mientras una se iba al váter, la otra se me trajinaba”. Además, según sus propias conclusiones, las chicas jovencitas se sienten atraídas por él porque es para ellas “un maestro, tengo más dinero, las amparo, las protejo, tengo más conversación de la que les puede dar un chiquito joven y encima las follo bien”.

Bien, después de leer esto, reflexioné un poco para intentar explicarme cómo hemos podido llegar a esto sin que nadie se tire de los pelos ni ponga el grito en el cielo. Me da la sensación de que el despotismo de estos personajes se alimenta del pudor y el decoro de la gente bien educada que, por un mal entendido sentido de la corrección, decide bien no prestar atención a declaraciones escandalosas con las que nos topamos a diario, bien no pasar de la indignación personal, sin escandalizarse públicamente por las barbaridades oídas. De modo que el ego del personajillo en cuestión va creciendo gradualmente, creyéndose la máxima de “quien calla otorga”, para desgracia de todos los seres humanos que le sufrimos.

Javier Marías agradecía en uno de sus artículos el empleo de este lenguaje soez y barriobajero ya que, según decía, así se retrataban y dejaban entrever con qué tipo de persona estábamos tratando. Personalmente, no creo que emplear un vocabulario zafio en un momento dado sea un índice de nuestras cualidades como interlocutores (no entro ahora en las ideas expresadas, que sí que nos dicen más de la persona; hablo de la forma). Más bien al contrario, pienso que un dominio óptimo de la lengua (bien materna bien extranjera) pasa por controlar todos los registros y saber utilizarlos en el momento adecuado y, sobre todo, sabiendo qué recursos se ajustan más a la intención que yo, como hablante, quiero proyectar. Por ejemplo: si algo me desagrada, puedo decir que “me da asco”, “me incomoda” o incluso que “me produce desazón”. Ahora bien, el juego de lo políticamente correcto hace que nos sintamos obligados muchas veces modular nuestro discurso hasta dejar de ser fieles a nuestro sentimiento último. Por ser políticamente correcto, cuando algo me de auténtico asco, diré que me incomoda. Pero entonces ¿cómo recibirá mi interlocutor ese enunciado? ¿Realmente le he dicho todo lo que le quería decir? (en términos algo más técnicos:hay una disonancia evidente entre el poder locutivo del enunciado y el poder ilocutivo).

Así que, amparándome en los estudios de pragmática y de análisis de la conversación, voy a intentar que mi discurso se adecúe a mi intención más íntima, para que sea un fiel reflejo de lo que pienso. Y, según lo expuesto anteriormente, esto no refleja una carencia de mi competencia lingüística sino más bien todo lo contrario (esto es manipulación de la realidad pura y dura pero ¿quién no lo hace?). Advierto a todos los menores que no deberían seguir leyendo:

Estoy hasta los mismísimos cojones de esta gentuza, gilipollas a más no poder, que encima van de seudo-intelectuales porque han leído a cuatro filósofos franceses del siglo XVIII y te los citan en cualquier discurso, venga o no a cuento. ¡Por el amor de dos! (sí, de dos, porque, visto lo visto, parece que es más grande que el de Dios) Con la de gente que muere de hambre en el mundo y que estos gusanos vivan tranquilamente es algo que me pone de los putos nervios (sí, no me enerva, no me saca de mis casillas, me pone de los putos nervios). Sólo espero que a toda esta gente le llegue algún momento de lucidez mental que les haga ser conscientes de todas las barbaridades que dicen y, entonces, por el sentimiento de vergüenza profunda que sentirán, empiecen a encoger cada vez más y más hasta desaparecer de la faz de la tierra y, por fin, nos permitan respirar a todos tranquilamente y nos ahorren subidas de azúcar o males mayores. Que, de otra cosa no, pero de desgracias vamos sobrados.

¡Qué a gusto se queda uno! Hasta pronto.

viernes, 24 de septiembre de 2010

de falsedades y albas

Normalmente tardo en actualizar el diario por cuestiones de tiempo. Tengo que aprender a gestionar mejor el tiempo en general: tanto mi tiempo de ocio, mi tiempo dedicado a mis estudios, incluso mi tiempo en el aula. Me he dado cuenta de que siempre me sobra bastante material del que he preparado para una sesión. Siempre me digo que lo aprovecharé para la siguiente clase pero claro, puesto que son clases de conversación, no le veo mucho sentido a retomar el hilo de la clase anterior para después seguir con algo completamente distinto. Este año, por suerte, tengo una base común a los cursos de máster y, gracias a eso puedo ir hilvanando las sesiones con coherencia y sin resultar un programa esquizofrénico.

A lo que iba, estaba preparando una unidad didáctica nueva, centrada en el debate sobre la legalización de las drogas, y decidí ilustrar las diferentes posturas a través de diferentes artículos de opinión. Para sintetizar las opiniones de los que estan a favor de la legalización (entre ellos Felipe González) buesqué en los artículos de opinión de El País, y para ejemplificar posturas contrarias primero me metí en elmundo.es y, no contento con eso, decidí probar con el ABC. ¡Qué grande es España! Buscando y buscando en el ABC choqué con un titular que, aunque no se ceñía a próposito, no pude dejar de consultar: "una guía subvencionada por Sanidad induce al uso de drogas". Ante tan alarmante noticia cliqué completamente alterado y estupefacto. El artículo en sí, como podéis comprobar, pone en evidencia que en ningún momento se incita al consumo de drogas; simplemente se informa de que hay personas que las consumen para practicar sexo. ¿Cómo se puede ser tan manipulador y tergiversar la realidad de esa manera? Publicar un titular de este tipo es tan fraudulento como afirmar que un estudio sociológico sobre los suicidios en España incitan a que la gente se tire de un puente o meta la cabeza en el horno...

En fin, que me alteró sobre manera la lectura del artículo y quería dejar constancia de ello. Volveré en breve, para explicar una aventura con un pescao... tal cual. Hasta ese momento, pongo la canción que se me ha enganchado y no hay manera de borrarla de mi cabeza. Tiene un rollo pegadizo difícil de explicar; hay algo que engancha...

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miércoles, 15 de septiembre de 2010

de aniversarios y reflexiones estériles

Ya que no pude actualizar en un día tan señalado para cualquier catalán como es el 11 de setiembre, intentaré enmendar la falta inmortalizando en este blog el aniversario de Medvedev que cumple la nada desdeñable cifra de 45 años. En realidad, y para no faltar al principio de verdad e imparcialidad en el que se basa este cuaderno, la gran celebración fue ayer, aunque todavía hoy podemos sufrir las consecuencias de la celebración, algo así como la resaca pos-aniversario.

Jamás pensé que dedicaría una entrada del blog a la política, por varias razones:
-la primera, porque cuando se pronuncia la combinación de palabras "hablar" y "política", por algún efecto mágico y sobrenatural, todos nos ponemos a la defensiva y, más que escuchar lo que está diciendo nuestro interlocutor (¿¡Qué más da si tiene algo interesante que decir!?), lo que hacemos es esperar nuestro turno para poder decir la nuestra, demostrar nuestro descontento y desahogarnos a gusto.
-y la segunda porque, aunque no entiendo y no comparto para nada la opinión de las personas que declaran con toda alegría que "yo paso de política, paso de leer el diario", esto podría hacer que alguien (espero que no) dejara de visitar este rinconcito de la red y me sentiría un poquito abandonado, cuanto menos virtualmente.

Pero porque creo que estar informado es una obligación y un derecho universal (¿cómo se puede vivir sin saber que hay 33 personas en Chile encerradas a casi un kilómetro de profundidad?) y porque me ha sorprendido sobre manera la forma con la que los medios tratan la política en este pais, he decidido plasmar lo que iba pensando al respecto ayer mientras volvía a casa después del trabajo.

Lo primero que me llamó la atención de este tema, recuerdo que fue la falta de medios de comunicación (televisión, radios, diarios,...) abiertamente en contra del gobierno y sus políticas. Es cierto que con el tiempo he ido descubriendo diarios algo críticos con las acciones del ejecutivo, aunque para mí, siempre con una respuesta muy templada. Y es que, veniendo de un país cálido y que ha dado tantas figuras emblemáticas de la crítica constructiva como Jiménez Losantos o César Vidal, yo me pregunto con impaciencia y, por qué no decirlo, cierto desasosiego, ¿dónde está el canal Intereconomía ruso? ¿Por qué no aparece una Isabel Durán de las estepas para amenizar las tertulias vespertinas de la radio?

Después del disguto me paré a reflexionar y sopesé a ver qué era lo que más convenía: si un estado de constante desgaste y machaque al personal (léase: España) o una especie de cuento de hadas Disney en el que nadie levanta una voz discrepante hacia el fobierno, bien por miedo o por conformismo (que no sé lo que da más miedo de los dos). Esto viene a cuento del tratamiento que hacían ayer por radio y prensa del aniversario del presidente de Rusia.

En la radio animaban a que la gente llamara y dejara mensajes de felicitación al presidente mientras que el diario dedicaban un reportaje titulado "По следам президента" (tras las huellas del presidente) en que se dibujaba la vida que había llevado Medvedev el tiempo que vivió en Piter. El reportaje en cuestión estaba aderezado con comentarios tan objetivos y constructivos como las declaraciones de su vecina, cuando él era niño "era un chiquillo muy educado, siempre me saludaba"... En fin, visto lo visto, decidí que, quizá, y como la mayoría de cosas en esta vida, lo ideal se encuentra en el punto medio.

No me gustó para nada ese "peloteo" descarado que se hacía al poder político pero, por otro lado, deseé que, al menos de vez en cuando, en España tuvieramos un día, un sólo día en el que no se demonizara al presidente del gobierno. Las mentiras, por más que las repitas, no se convierten en verdades. No creo en las votaciones generales que dan como resultado un 90% de los votos a favor de un candidato, pero tampoco creo en el ataque constante y destructivo hacia un gobierno que, al fin y al cabo, es el de todos.

Hasta aquí la super reflexión del día (en estas cosas pierdo el tiempo camino de vuelta a casa; sí, podría emplear ese tiempo en cosas más útiles, pero de vez en cuando va bien dejar volar la mente). Voy a escuchar un ratito la COPE que, ahora que lo pienso, hoy todavía no he ido al baño...

Para Fátim, vamos a ver, frases de ligoteo con obreros rusos... vamos con dos facilitas:
Помоги мне опустить эту коробку "Ayúdame a bajar esta caja"
Во сколько ты закончишь работать? "¿A qué hora acabas de trabajar?"

jueves, 9 de septiembre de 2010

de Raphael y osos polares

A pesar de que todavía es jueves, ya puedo decir que he pasado mi primera semana del curso. Este año tengo todas las clases condensadas entre el lunes y el martes; algo que me viene genial porque entre la memoria de máster, las clases de ruso y la preparación de las clases, tampoco es que tenga mucho tiempo para ocio y escarceos varios.

Me alegro de haber vuelto a coger el ritmo, no sé quién se inventó eso de que la rutina era un veneno. Supongo que la clave reside en si te gusta o no tu rutina. De todos modos con el tiempo he llegado a la conclusión de que una rutina rusa no tiene nada que ver con una rutina española. En este país tienes la extraña sensación de que siempre están pasando cosas. Lo he hablado con colegas y alumnos y, efectivamente, en esta ciudad nunca sabes qué puede ocurrir, además sabes que potencialmente todo es posible, especialmente (en esto no creo que se diferencie de otras ciudades grandes) si sales por la noche.

La idea de esta entrada, en principio, pensaba dedicarla a mi nuevo programa sobre adecuación pragmática y expresión oral que he diseñado (y sigo en ello) para los alumnos de segundo año de máster, un proyecto que me tiene entusiasmado pero que requiere una preparación y una dedicación que no me había imaginado, pero por hoy dejaré mis reflexiones pedagógicas a un lado porque creo que es mucho más interesante retratar lo poco que conozco de la noche peterburguesa (¡qué mal suena este adjetivo!). Y es que, tras una conspiración masónica entre diversos compañeros de trabajo, consiguieron sacarme de casa y, no contentos con eso, me instigaron a salir de fiesta. Realmente, y haciendo honor a la verdad, he de confesar que me lo pasé genial. Es imposible aburrirte cuando conoces en un bar a un fan ruso obsesionado con Raphael, tal cual. Yo no podía creérmelo. Estábamos tan tranquilos allí tomando un vodka (¡cómo no!) cuando, de repente, se nos acerca el enésimo ruso con cara de "qué-gracia-me-hacéis-por-no-hablar-ruso" y claras intenciones de entablar una conversación vacía. El buen hombre ya nos cayó bien por el simple de no confundirnos con italianos (todo el mundo se nos acercaba y nos confundían con italianos), pero lo que hizo que se ganara toda nuestra admiración fue cuando sacó su teléfono móbil y se puso a cantar por Raphael. Aquello ya era surrealista hasta decir basta: tener al ruso allí delante, que no hablaba nada de español, cantando "¡¡estoy aquí para quererte!!". Auténtica pasión era lo que sentía ese chaval por Raphael.

Lo cierto es que, una vez superas el complejo de "mono de feria" que te inunda cuando entras en local y te oyen hablar "no-ruso", la gente es muy agradable y se te acerccan con verdadero interés por saber de dónde vienes. Aunque muchas veces puede llegar a incomodarte. Recuerdo la semana pasada en el metro con Anna. Íbamos hablando de no recuerdo qué exactamente y, de repente, el hombre de delante, un señor de unos 50 años, nos llama la atención y nos pregunta se estamos hablando francés (casi...); tras dos paradas de metro intentando explicarle qué era el catalán, no se le ocurre otra cosa que ofrecernos cacahuetes como agradecimiento; a ver, la cosa no pretendía ser ofensiva pero claro, quedó un poco extraño todo el general.

Hoy hace un día especialmente caluroso, algo que agradezco profundamente después de la semantia gris que hemos tenido. Así que. cual oso que sale de su cueva después de hibernar, voy a escaparme al parque antes de que el sol se despida insesperadamente. Por cierto, acabo de descubrir que todos los osos polares son zurdos...

Con este dato absolutamente irrelevante y trivial me despido (¿Por qué retenemos información tan absurda en nuestro cerebro involuntariamente?)

martes, 31 de agosto de 2010

de vueltas y retornos

Pues ya estamos de nuevo aquí. Lo cierto es que dos meses no es mucho tiempo aunque, si echas la vista hacia atrás y piensas en la cantidad de cosas que han ocurrido, esos dos meses empiezan como por arte de magia a dilatarse. He tenido de todo: cosas buenas, cosas no tan buenas y cosas que podrían no haber sucedido y el mundo seguiría girando.
De entre las cosas buenas me quedo, por lo especial e inaudito del asunto, es mi viaje a Islandia. Todo lo que pueda explicar se queda corto ante lo que nos encontramos en esa isla remota. Sólo diré que el viaje fue tan increíble que, si me propusieran volver a ir, diría que no. Mira que no me gusta citar a Sabina ( ¿por qué, si tu fuerte es escribir, te dedicas a cantar? ¡hazte poeta!, en fin...dejo aquí la pregunta para la reflexión), pero en este caso encaja perfectamente con aquello "al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver". Pues eso mismo, prefiero retener en la memoria ese recuerdo como una pequeña joya, única y especial que no comparto con nadie; bueno, la comparto con la persona que me acompañó en esa aventura que, de hecho, es igual de especial y única como el viaje en sí.
De las cosas malas, entre otras, me quedo la reacción de gran parte del país ante la prohibición de las corridas de toros en Cataluña. España es un país maravilloso, no deja de sorprenderme lo carcas que podemos llegar a ser.
De las cosas que podrían no haber pasado y seguiríamos viviendo, me quedo con la vuelta a los ruedos de Ana Torroja ¿era necesario? Ahí lo dejo.
Bueno, esto era simplemente una entrada para reactivar el blog y tomar el pulso de la gente que lo lee; saber si siguen ahí o si, como el calor en Piter, se han esfumado...

jueves, 10 de junio de 2010

de misterios y paraguas

Sinceramente no tenía intención de actualizar el diario. Visto el ritmo de vida que llevo desde que han acabado las clases, encontrar un hueco para escribir me parecía imposible; pero en algunas ocasiones la realidad te obliga a cambiar de planes y en estos dos días han ocurrido un par de acontecimientos que merecen ser recogidos y expuestos a los interesados, si es que los hay. Además el reclamo constante de las dos fanáticas de las barbacoas en el apartado de comentarios me empuja a una respuesta adecuada.

Hay semanas que pasan en un abrir y cerrar de ojos y otras en cambio se convierten en un goteo incesante de minutos. Esto último suele ocurrir o bien cuando te aburres sobremanera o bien cuando ocurren un cúmulo de sucesos consecutivamente. La primera opción queda descartada porque casi no tengo tiempo ni de lavar la ropa, menos aun de aburrirme.

El martes hizo un día horrible, de esos de ir por la calle con cara de pocos amigos sin ningún motivo aparente. Creo que es la primera vez en todo este tiempo que puedo asegurar que el clima me ha afectado. Tolero con relativa facilidad estar a -20 o -22 grados en febrero, enero o diciembre, que llueva a cántaros en octubre o en abril, pero lo que no se puede tolerar, de ninguna de las maneras, es que el día 8 de junio, atención, te despierte el día con +6 grados y lloviendo en plan apocalíptico. Así que ya de camino a la facultad mi indignación con el tiempo iba creciendo exponencialmente. Puede parecer ridículo pero estaba ofendido e indignado con no sabría decir muy bien quién o qué.

Si la cosa ya apuntaba mal durante el camino, el final del mismo no fue mucho más afortunado. No hace ni un mes me compré un paraguas supuestamente ultraresistente y ultramoderno, según la mujer que me lo vendió, que resultó ser una patraña. Me río yo del "sistema antiaire" del paraguas ¿qué significa "sistema antiaire"? En fin, la cuestión es que justo cuando estaba cruzando el Neva una ráfaga de viento me alcanzó y se llevó al instante 5 varillas del paraguas. Dejemos de lado el rídiculo evidente que haces en este tipo de situaciones, lo peor es ese sentimiento de haber sido engañado y, sobre todo, la cara de "no me lo puedo creer" que se te queda. La indignación llegó a tal extremo que me juré a mí mismo arreglar el paraguas antes que comprar otro (la vena catalana) y, efectivamente, al más puro estilo McGyver, conseguí atar las varillas a la tela con papel de cocina transparente. De modo que ahora el paraguas parece un complemento de carnaval más que cualquier otra cosa. De cada una de las varillas cuelgan unos flecos de color blanco que, por pereza, no recorté en su momento y además creo que le dan personalidad al paraguas traidor.
Pues bien, yo y mi paraguas customizado nos fuimos a comer con una colega de la cátedra a un restaurante español que han abierto nuevo. El local se llama Барслона (Barclona) así, sin "e". Esta transgresión es sólo un misterio más de todos los que encerraba el restaurante. Olga y yo estuvimos allí dos horas y, en ese periodo de tiempo, tuvimos tiempo de hacernos muchas preguntas sin respuesta que nos inquietaron especialmente. Algunas de ellas eran realmente espeluznantes: ¿Porqué la tortilla de patatas sabía a cualquier cosa menos a tortilla de patatas? ¿Porqué a lo que ellos llaman испанский кофе (café español) le ponen trozos de naranja y un licor desconocido? ¿Porqué nigún camarero, ni el cocinero, ni el dueño del restaurante eran españoles? ¿A qué mente enferma se le ocurre empapelar las paredes del baño de un restaurante con fotografías y recortes de revista con contenido pornográfico? ¿Porqué las patatas bravas en lugar de llamarse así se llaman "patatas Bravo"? Estos y otros misterios hicieron de la velada un acontecimiento singular cuanto menos.

Debo decir que las cosas ya han vuelto a su cauce y llevamos dos días con un tiempo de verano real y adecuado a la época del año en la que nos encontramos. Bien cierto es que no hay mal que vien años dure.

Para acabar, mi mensaje a las apasionadas de las barbacoas que además son aficionadas al traductor de Google:
Я конечно вам позвоню, когда приеду в Барселону. Давайте устроим какую-то вечеринку и повеселимся немножко.

domingo, 30 de mayo de 2010

de tópicos y verdades

Es curioso como, sin darnos cuenta, los tópicos y estereotipos sobre los otros países y sus pueblos nos condicionan la visión poco objetiva a la que podemos aspirar. Mi intervención en el semiario de hace quince días pretendía demostrar la "medio verdad" que encierran los tópicos.
De Rusia y los rusos también tenemos un buen puñado de tópicos que nos predisponen a relacionarnos con ellos de una cierta manera. Estos días he podido comprobar como algunos de ellos se cumplen a raja tabla y como otros, en cambio, no tengo más remedio que desmentirlos; eso sí, siempre partiendo de mi propia experiencia.
"los rusos y el vodka" quizá no el vodka en concreto pero sí el alcohol en general. Hasta ahora no había visto gente bebida por la calle; más bien no había visto un número exagerado de personas borrachas, no más que en España. Pero desde que ha llegado el buen tiempo (el martes entramos oficialmente en verano) es cierto que veo mucha gente borracha desde las 7 de la tarde. Cuando digo borracha quiero decir "borracha-borracha" de ir haciendo "eses" por la calle y no tenerse en pie; si bien es cierto que la actitud de la gente alrededor es, desde mi punto de vista, bastante inquisidora. Mientras a mí encontrarme con una persona en ese estado me despierta un sentimiento de pena y compasión, en muchos rusos la actitud que destilan es como si estuvieran ante un desecho humano cuanto menos. Esa poca deferencia con una persona que es muy probable que tenga un problema o necesite ayuda, me sorprende.
Otro de los tópicos que he decir que en este caso no se cumple para nada, es el de "los rusos son personas frías". No voy a poner como ejemplo la gente que me rodea desde que he llegado aquí porque eso sería lo esperable. Me refiero a mi gran amigo (o eso parece que somos) Nikita.
La historia de Nikita tiene su qué. Hace tres meses me apunté al gimnasio de mi barrio porque está cerca de casa, porque era barato y porque quería un lugar en el que desconectar aunque sólo fuera durante 30 minutos. Pues bien, los dos primeros meses de gimnasio fueron estupendos: yo llegaba allí, me ponía a mi rollo a hacer ejercicios, con la calma, mi radio y mis auriculares y ala, así me relajaba; sin que nadie me molestara y sin tener que pedir nada a nadie. Pero un buen día, cuando había acabado mi rutina de ejercicios me disponía a irme cuando me aborda en la puerta Nikita. Hemos de apuntar en este momento que Nikita es el monitor de la sala de máquinas, con esta información ya os podéis hacer una idea de la constitución corporal de Nikita. Me para y me pregunta si estoy interesado en ganar algo de músculo. Yo por un momento dudé pero luego me pregunté a mí mismo "¿acabar teniendo un bíceps más grande que mi cabeza?" y decidí que no hacía falta. Le agradecí la oferta pero me excusé (maldita pragmática española) diciéndole que yo iba al gimnasio para desconectar un ratito y tal... Así empezamos a hablar. Bueno, para ser más exactos seguramente hubieron entre nosotros unos 6 o 7 intercambios comunicativos y no fue hasta el último momento, cuando yo dije algo sobre España, que se le pusieron los ojos como platos y me dice "ни фига, что ты не русский!" algo como "¡no me jod** que no eres ruso!"
Yo al principio pensé que se estaba quedando conmigo, a ver ¿Cómo no se va a dar cuenta de que no soy ruso? Vamos... Así que yo con bastante excepticismo le expliqué que no, que era de Barcelona (entonces apareció el tema internacional del Barça).
Pues bien, desde ese momento, cada vez que voy al gimnasio y tengo la suerte de que Nikita está trabajando me persigue por toda la sala hablando. A ver, que es muy agradable y muy simpático pero, sinceramente, mi momento de desconexión se ha ido al traste gracias a un musculitos ruso que siente una fascinación especial por los extranjeros. La verdad es que Nikita viene a engordar todavía más la lista de rusos que he conocido aquí y que se les podría tachar de cualquier cosa menos de fríos.
Es muy divertido conversar con él porque cada dos por tres me dice "pero ¿cómo sabes esta palabra?". Claro, si se tratara de una palabra compleja como "médula espinal", pues diría "normal que se sorprenda"; pero es que estamos hablando de una conversación normal. No sé, hablamos de viajes, de sueldos, de trabajo, de las clases, etc.

En fin, que no deja de sorprenderme esta gente: bien sea para corroborar los estereotipos o para hacerlos añicos. Lo que está claro es que con estas medias verdades no podemos pretender juzgar a un pueblo y sus costumbres. Y, por desgracia, nos movemos más por las media-verdades que con las verdades absolutas. Y es que las verdades absolutas son pocas y poca gente se atreve a decirlas en voz alta.
Por suerte todavía queda gente que tiene lo que tiene que tener y se atreve a decir verdades como puños donde y a quien debe decirlas. Me refiero al representante del grupo de los verdes en la UE. Este señor es mi héroe desde ya mismo. En cuanto vi este vídeo, ayer sólo en casa por la noche, me levanté y me puse a aplaudirle. ¡Claro que sí! ese tipo de políticos son los que necesitamos con la que está cayendo. A mí, desde luego, cada vez que lo oigo me entran ganas de hacerle un monumento a este hombre: