domingo, 15 de noviembre de 2009

de madres y tías

Por fin, después de posponer la cita durante casi un mes, hoy he ido в гости (de invitados) a comer a casa de una profesora de la cátedra. La buena mujer llevaba ya cuatro semanas insistiendo, puesto que es tradición que tanto el lector de español como el de catalán vayan a comer a su casa y a ver cómo se elabora un auténtico пирог (pirog)- aunque más bien debería decir pirogES, porque nos ha cocinado nada más y nada menos que tres pasteles gigantes.

La anfitriona es una persona increíble. Para empezar es impresionante como se entregan y ofrecen todo lo que tienen en casa. La hospitalidad que muestran llega a abrumar en algún momento. Te sientes mal de no poder corresponderles al momento, creo que si no la he invitado a Barcelona doscientas cincuenta veces, no lo he hecho ninguna. Espero que no les dé a todos por venir en la misma semana, porque voy a tener un serio problema de espacio y de tiempo. Pero es que es imposible no sentirte en deuda con gente así.

Lo que más me ha impresionado ha sido el trasfondo de la conversación que hemos tenido durante toda la tarde (una sobremesa de seis horas da para mucho...). Gloria es una mujer llena de vitalidad y siempre de buen humor, eso es lo primero que ves en ella; pero, tras una larga conversación, descubres a un ser humano con una curiosidad siempre incipiente e imposible de satisfacer. Ha hablado de sus viajes a España, a Rumanía (nació en Rumanía), a Holanda...De todos estos destinos, siempre destacaba lo que más le había llamado la atención. Justamente el tipo de cosas que le llamaban la atención son las que revelan su carácter aventurero.

Hablaba de costumbres, tendencias, tradiciones, de otros lugares, siempre con un respeto y una admiración que no podías más que compartir y, en cierta medida, envidiar. Creo que es una auténtica suerte tener esta pulsión, motivada por la curiosidad, de conocimiento, de descubrir siempre algo nuevo. Más que cualquier tratamiento omeopático y cualquier práctica de relajación, lo que mantiene fresco (en todos los aspectos) a un ser humano es este motor. Me he acordado de repente de mi madre y de mi tía.

Dos mujeres que se mueven por ese principio, al margen de las circunstancias y las dificultades (muchas veces realmente duras de llevar). Con personas como ellas un café con leche no es un café con leche, es una p*** lección de vida. Una conversación con ellas es un constante intercambio de conocimiento y un enriquecimiento mutuo, y digo mutuo porque, otra de las características de estas personas, es que te hacen sentir que realmente tú también tienes algo que aportarles, algo interesante que decir, algo que te hace único y que sólo tú puedes decidir compartir o no. No sólo saben hablar, sino que también saben escuchar.

Tener la oportunidad de tratar con gente así es una suerte. Así que con este sensación, unida a una sensación de saciedad que creo que me acompañará durante dos meses, me despido por hoy; no sin antes dedicar esta entrada de hoy especialmente a mi madre y mi tía Chari, además de a todos esas personas que me hacen disfrutar de cafés con leche con ese "algo más".

Hasta pronto.

1 comentario:

  1. Hola, me alegra un monton que estes tambien te lo mereces y que estes disfrutando con la gente de alli, tu madre y la tia son geniales para hablar con ellas solo un simple cafe con ellas tellenan de alegria y sabiduria.
    Bueno yo aqiu sigo como siempre con tu primillo el roger que no para y ya queda menos para la navidad que por fin otra vez tengo ganas porq la navidad no era lo mismo para mi porq falta gente a la que me impota mucho en mi vida paero con tu llegada y el roger que va ser su primera navidad pues te alegras mas el papa noel, el caga tio, el arbol bueno ya sbes tu que tengo muchas ganas de vertye y abrazarte, un beso muy fuerte y que te quiero un monton.

    ResponderEliminar