En un día como el de hoy, cuando la niebla se vuelve tan espesa que apenas te permite ver más allá de tu nariz, parece que el clima te invita a reflexionar y profundizar un poco en uno mismo. Como esto no es un cuaderno de bitácora pretencioso, o al menos no pretende serlo, voy a dejar que otros hagan poesía por mí. Porque, no nos engañemos, no soy Joaquin Sabina ni Leonard Cohen. Así que simplemente os dejo con una pequeña joya audiovisual...
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