Bueno bueno bueno, un año más viejo y, en princpio, más sabio (aunque eso está por verse todavía). Estas dos semanas son de auténtica locura, un ajetreo constante de notas, preparar exámenes, revisar anotaciones, partes de asistencia,... Y todo esto a una temperatura ambiente de -14º de media; una delicia vamos.
La suerte es que, como todo esto es una novedad para mí, lo que en un principio es el trabajo más aburrido y pesado del curso, se convierte en una retahíla de experiencias nuevas. Además, como me ha pillado el cumpleaños de por medio, la fase final se ha amenizado bastante.
Pero para amenizada, la fiesta de ayer. Como mi piso es tan grande como una caja de cerillas, la lectora de francés que es belga y habla español (esta historia la contaré otro día) ofreció su piso para organizar allí la velada. Un auténtico detalle por su parte. En el evento nos reunimos finalmente 8 personas; todo muy equitativo, pues acabamos siendo 4 extranjeros afincados en la ciudad y 4 rusos. Así que 50-50. La noche estuvo bastante equilibrada. Eso está genial porque tampoco me apetecía hacer una fiesta de "sólo españolitos". En este tipo de situaciones puedes caer en el error (desde mi punto de vista) de acabar creando una especie de gueto de españoles que sólo se relacionan entre ellos. Esto hace que pierdas un montón de posibilidades y un enriquecimiento brutal (odio este adjetivo como sinónimo de "enorme", pero es por no repetirme tanto). Total que claro, como la mitad de los invitados eran autóctonos, me tocó hacer un par de cosas " a la rusa":
La primera está relacionada con el menú de la cena. Para empezar el horario: empezamos a cenar a las 7 de la tarde. La verdad es que eso no me afectó especialmente porque como desde las 4 de la tarde ya es de noche, pues la verdad, a las 7 ya tienes la sensación de que tienes que irte a la cama. Luego el manú en sí: bocadillos a la rusa. Aquí los bocadillos no se tapan; quiero decir, que no se utilizan dos rebanadas de pan. Se trata de tostadas básicamente. Como siempre pasa en estos casos, sobró tanta comida que creo que, en el caso de que la ciudad sufriera un nuev bloqueo, nosotros tendríamos provisiones para, por lo menos, 4 años y medio.
La segunda nota rusa me tocó ponerla en el momento del brindis. Una cosa super solemne que, la verdad, entre amigos pues me parece bastante extravagante; pero bueno, ya que estábamos metidos en el ajo, pues ahí que me puse. Era para verme, con el corte que me dan a mí estas cosas, delante de todo el mundo (vale, 7 personas) y teniendo que hacer un brindis que, además, si no dura un mínimo de 10 minutos, te miran raro. En ese momento tienes que dar las gracias por todo: por haber venido a la fiesta, por haber traido un detalle, por haberme acogido tan bien en este país, por ser tan agradables y apoyarme en los momentos duros,...Bueno no sé, yo empecé a agradecer a todos por todo y cuando la cosa ya entró en un bucle sin sentido de agradecimientos, lo corté con un "ya está bien de tantas tonterías! a comer c***!" y creo que todo el mundo me lo agradeció.
La fiesta estuvo genial y me regalaron un montón de cosas super divertidas y otras muy prácticas: desde una mochila de montaña que tiene la pinta de costar una pasta (hasta el punto de hacerme sentir un poco culpable), hasta un Чевурашка que canta y que ya reposa en un cojín de la cama.
Mi profesora particular de ruso me preguntó en un momento de la noche que si ya sentía la Navidad y su ambiente. La verdad es que no. Puede que sea porque aquí no celebran estos días y van a ser unas fechas habituales y comunes, además como estoy tan hasta arriba de faena, tampoco tengo mucho tiempo de pensar en esas cosas. Al igual que la depresión por haber cumplido un año más, de momento, no hay síntomas de ella. Espero que no aborde de repente y sin darme cuenta.
Por el momento, tengo que seguir pasando notas y más notas y prepararme para el examen oral que tienen mañana mis alumnos de cuarto. Creo que va a ser una prueba interesante. Si tengo tiempo, la colgaré en el blog y comentaré los resultados de la misma.
Hasta aquí la primera entrada del blog con 27 añitos. Hoy dedicado a toda la gente que, a través del correo, el teléfono, los montajes fotográficos y de más, se han acordado de mi cumpleaños y han querido hacérmelo saber; a los que se han acordado y no han podido ponerse en contacto conmigo, también.
Hasta pronto.
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FELICIDADEEEEEEEEEEES, no-tan-enano!!!! Un súper besito navideño (de Belén) ji ji. Yo me acordé, pero venían mis papis y estuve estresadísima preparándolo todo. Mil perdones! Me apunto un achuchón extra para celebrar tu cumple. Hasta muy prontitooooo!!!
ResponderEliminarBelén